Tres vigilantes de seguridad del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada han resultado heridos tras el ataque de un paciente que se hallaba ingresado en el área de Salud Mental del centro médico. Por el momento, el presunto autor del ataque no ha sido detenido, pero la Policía Nacional investiga los hechos tras las denuncias presentadas por los afectados. Así se desprende de la información publicada por Ideal.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado 29 de marzo por la noche. Según el relato de las víctimas, sanitarios del centro pidió auxilio al personal de seguridad después de que un paciente de Salud Mental “muy corpulento” se hubiera puesto “agresivo”. Explican que el hombre había “reventado la puerta” que protege la manguera de incendios y había amenazado con ella al personal sanitario.
Tras el aviso, los tres afectados, todos vigilantes de seguridad del hospital, acudieron al área de Salud Mental. Allí, todos relatan que se dieron cuenta que podía complicarse el caso, ya que el paciente medía unos 1,80 metros y estaba “muy, muy fuerte”, han contado.
Los heridos
Una nariz fracturada, una contusión en a cabeza y arañazos por todo el cuerpo: el resultado de la presunta agresión
Explican que, ante su presencia, el hombre se aproximó a ellos con el puño cerrado y una actitud desafiante y que, segundos después, les atacó. Los vigilantes habrían tratado de reducir al paciente y habría sido entonces cuando resultaron heridos. Uno de ellos ha terminado con la nariz fracturada. Otro presentaba contusiones en la cabeza, cuello y brazos y el último tenía arañazos en varias partes del cuerpo. Así consta en los partes de lesiones.
El citado medio ha podido entrevistar a dos de los heridos. Uno de ellos, que se encuentra ahora de baja por las lesiones, ha contado que el hombre se les echó encima y que puso su cabeza contra la de su compañero en señal de amenaza. Fue entonces cuando, según este hombre, el paciente se puso muy agresivo y acabaron forcejeando en el suelo.
“Al subir la rodilla fue cuando me dio en la nariz”, ha explicado en conversación con Ideal. El trabajador de seguridad del hospital ha lamentado el hecho de que este tipo de situaciones sean cada vez “más habituales”. Ha pedido que los vigilantes sean reconocidos como autoridad: “Somos el primer escudo en los conflictos”, ha expresado.
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El otro perjudicado ha asegurado al citado medio que este caso ha sido la peor intervención a la que se ha tenido que enfrentar en toda su trayectoria profesional. “El hombre era culturista y, al ver que éramos jóvenes y estábamos en forma, creemos que lo vio como un reto y se encaró”, ha contado.
Este empleado también se encuentra de baja y ha pedido que se “respete” más su profesión. Coincide con su compañero en la necesidad de que se les reconozca como autoridad. “El que agrede debe saber que si nos pega puede caerle cárcel, como ocurre con los médicos”, ha manifestado.