Vanessa Brown, una madre y profesora de Historia de 50 años, reveló la orden que recibió de la policía de Surrey, que la arrestó por confiscarle los iPads a sus hijas.
Según las fuentes policiales de la localidad inglesa, fue un hombre, de unos 40 años, quien denunció el robo de dos iPads, de los que se siguió un rastreo que los llevó a la casa de la madre de Brown, donde se encontraban ambas.
Los hechos tuvieron lugar el 26 de marzo, cuando los agentes detuvieron a la mujer y la retuvieron en una celda durante más de siete horas. La policía la llevó a la comisaría de Staines, donde la registró, le tomó las huellas dactilares y le pidió fotos de la custodia.
Según Brown, la policía fue “poco profesional”
Después del malentendido, se descubrió que los dispositivos pertenecían a sus hijas y que la mujer se los había confiscado para que estas se concentraran en sus tareas escolares.
Brown ha declarado al medio británico LBC que le sorprendió que ningún agente pensara que se trataba de una reacción desproporcionada, que la actuación policial “fue poco profesional” y que trataron a su madre, de 80 años, “como una criminal”.
No fue hasta 12 horas después del primer contacto con la policía que Brown pudo volver a su casa, donde permaneció bajo fianza y sin poder mantener contacto con las niñas, quienes participaban en la investigación.
La policía asume que fue una reacción desproporcionada
Los agentes afirman que, al abordarla en un primer momento, la mujer negó tener conocimiento del paradero de los dispositivos, aunque el sistema de rastreo indicaba que se encontraba en su domicilio. Las mismas fuentes explican que “no cooperó”, lo que llevó a su arresto por sospecha de robo.
Sin embargo, desde la policía de Surrey se ha asumido que, tras las investigaciones iniciales, no era necesario tomar ninguna otra medida y que la madre tenía “derecho a confiscar objetos de sus propios hijos”.