Antonio Llompart y el parricidio que sobrecogió Mallorca: “Yo solo quería que callara’”

Las caras del mal

El joven asesinó a su madre con una mancuerna tras años de abusos y violencia

Antonio Llompart y el parricidio que sobrecogió Mallorca: “Yo solo quería que callara’”

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LVD

En la penumbra de un piso humilde de Palma, un muchacho de dieciocho años aguardaba el momento. La mancuerna de tres kilos ya estaba lista, el cable preparado. Su madre, confiada, trajinaba en la cocina mientras él repasaba mentalmente el plan que llevaba días mascando: primero el golpe, después el silencio.

El hijo esperó a que su madre estuviera sola, vulnerable y cansada. La atacó con frialdad: primero la lanzó al suelo, después descargó la mancuerna sobre su cabeza, una, dos, tres veces, hasta verla desplomarse. La mujer intentó respirar, pero él regresó con un cable y le rodeó el cuello hasta apagar el último aliento. Aquel final era el de un crimen anunciado, meticuloso y brutal protagonizado por un hijo henchido de inquina hacia su progenitora.

Raíces rotas

Antonio Llompart Perún nació el 1 de junio de 1994 en Palma de Mallorca, hijo de Antonio Llompart Mora y María Luisa Perún Casabona. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por la pobreza material, pero sobre todo por una atmósfera familiar asfixiante donde el temor y la autoridad se mezclaban. El joven completó la educación obligatoria sin destacar académicamente, ni en talentos especiales ni en amistades estables.

Desde temprano su relación con su madre fue conflictiva. Testimonios recabados en la instrucción del caso y en la sentencia aseguran que desde los 13 años María Luisa ya tenía miedo de su hijo: botellas lanzadas, humillaciones, empujones. Entre los episodios violentos sufridos, la víctima tuvo que ser atendida y recibir dieciséis puntos de sutura: su hijo le había lanzado un bote de leche condensada.

Antonio Llompart Perún, el 'asesino de la mancuerna'

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FB

El padre, aunque consciente, mostró una actitud de tolerancia silenciosa, cuando no de desprecio hacia ella, que alimentó los comportamientos violentos de Antonio hijo. En el diario que la madre guardaba, los investigadores hallaron fragmentos tan estremecedores como este: “Me dijo papá que solo te necesitamos para hacernos de criada, tú eres solo eso”; “tu obligación es servirme, gracias que tienes una casa y comes gratis”.

En lo personal, Antonio tuvo una relación sentimental con una joven a la que, según declaró ella misma en el programa Crónica 112 de la cadena autonómica IB3 y posteriormente en el juicio, dejó embarazada de una niña con tan solo diecisiete años. Aquel noviazgo estuvo marcado también por la violencia: hubo un episodio en el que él le propinó tal paliza que la dejó inconsciente.

Exnovia de Antonio Llompart: su testimonio fue clave en el juicio

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IB3

Por otro lado, la exnovia también relató ante las cámaras y ante el tribunal cómo había presenciado las vejaciones y malos tratos a María Luisa tanto por parte del hijo como del marido. Sobre el hijo, corroboró los malos tratos constantes: 

“Vi varias veces cómo le pegaba. Un día estábamos en el cuarto Antonio y yo, que entonces estaba embarazada. Su madre entró con nombres para la niña anotados en un papel. Hizo un comentario, Antonio se enfadó y le dio un puñetazo en la cara”.

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Sobre el padre, también fue tajante: “La tenía totalmente sometida”. Su testimonio fue clave en sala para conocer el contexto de los hechos y perfilar lo que ya muchos consideraban un “crimen anunciado”.

El “asesinato de la mancuerna”

La noche del domingo 28 de febrero de 2013, algo cambió. Según la sentencia, ratificada por el Tribunal Supremo, ese día Antonio hijo inició lo que sería el colofón de años de malos tratos habituales. Primero, lanzó a su madre al suelo con violencia, dejándola boca abajo, herida y aturdida; luego fue a otra habitación de la casa.

Allí cogió una mancuerna de tres kilos para golpearla repetidamente en la cabeza, lo que le provocó un traumatismo craneoencefálico. Cuando vio que María Luisa aún respiraba, buscó un cable eléctrico, lo enrolló en el cuello de ella y lo apretó hasta asfixiarla. No pidió ayuda ni tampoco llamó al 112 en ese instante.

Los forenses sacan el cuerpo de María Luisa Perún tras ser asesinada

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IB3

Fue el padre quien, al día siguiente, llamó al 091, informando de que su mujer se había suicidado. “No sé cómo ha sido, la he encontrado aquí muerta. Está dentro del recibidor. En el suelo, llena de sangre y eso, no sé qué ha hecho”, aseguró.

La versión del suicidio se vino abajo ante la evidencia física de los múltiples golpes encontrados en el cuerpo de María Luisa, del testimonio de la víctima plasmado en su diario, aparte del relato de sus vecinos, quienes confirmaron escuchar gritos frecuentes y conocer episodios de violencia.

Momento de la detención de Antonio Llompart

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IB3

Asimismo, la investigación reveló que los malos tratos hacia María Luisa eran permanentes, tanto físicos como psicológicos. Que la madre llevaba años viviendo en un estado de terror continuo y cotidiano y que su marido mostraba completa indiferencia hasta el punto de no impedir ese padecimiento por parte del hijo en común.

Padre e hijo, al banquillo

Tras el asesinato, Antonio hijo fue detenido acusado del asesinato de su madre. Durante el juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca en octubre de 2014 por la ley del jurado popular, la defensa alegó la juventud del acusado y solicitó atenuantes. Pero el tribunal descartó que la edad disminuyera la responsabilidad penal, dado que ya había superado el umbral de responsabilidad de adultos.

Otra de las estrategias por parte de su letrado fue la de enfatizar la influencia de los valores violentos aprendidos en casa, y la tolerancia del padre. Sin embargo, las declaraciones del acusado en sala despejaron cualquier duda al respecto: “Yo solo quería que callara, que dejara de molestar con sus quejas… No pensé que llegaría a esto”.

Antonio Llompart confiesa ante el tribunal haber asesinado a su madre con una mancuerna

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IB3

Para terminar, Antonio Llompart Perún hizo uso del turno de la última palabra, donde incluso llegó a mostrar cierto arrepentimiento por sus acciones: “Pido disculpas a la familia afectada por mi hecho. En ningún momento tuve la intención de causar la muerte de mi madre”.

El jurado declaró al parricida culpable de un delito de asesinato y el magistrado de la Audiencia Provincial, Juan Pedro Yllanes, basándose en el veredicto del tribunal popular, le impuso la pena máxima, 20 años de prisión, recalcando “la enorme gravedad de los hechos” y que el acusado actuó “en los límites del ensañamiento” y con una “desmedida crueldad”.

Antonio Llompart escucha junto a su padre el veredicto de culpabilidad

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IB3

En cuanto al padre, Antonio Llompart Mora, también fue juzgado, pero no por asesinato, sino por maltrato habitual a su mujer. El tribunal lo absolvió de la participación directa en la muerte de María Luisa, pero lo halló responsable de un delito continuado de maltrato psíquico y físico y por omisión de socorro, al no haber protegido a su esposa ni impedido el sufrimiento que su hijo infligía. La condena fue de tres años de prisión.

En enero de 2016, el Tribunal Supremo confirmó la condena de 20 años de cárcel para Antonio Llompart Perún como autor del asesinato de su madre, considerando la gravedad del acto, la alevosía, la ranciedad del maltrato continuado, y la falta de humanidad.

Agresión en prisión

El historial violento de Antonio hijo no terminó en la puerta de la cárcel. Mientras cumplía condena por el asesinato, el parricida protagonizó un nuevo episodio que confirmó su carácter explosivo. 

El 29 de noviembre de 2014, durante un traslado hacia el módulo de aislamiento, se enzarzó en una pelea con varios funcionarios. Uno de ellos cayó al suelo y sufrió la fractura del quinto metacarpiano de la mano derecha, lesión que requirió cirugía y dejó una cicatriz permanente.

Antonio Llompart ante el tribunal por agredir a un funcionario de prisiones

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Archivo

Inicialmente la Fiscalía pidió cuatro años de prisión por lesiones y atentado contra funcionario público, pero en 2016, ante el tribunal, se alcanzó un acuerdo de conformidad. Antonio reconoció los hechos y aceptó una condena de dos años de prisión adicionales y el pago de 5.150 euros de indemnización al funcionario herido.

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En la actualidad y tras los problemas de comportamiento en la prisión de Palma, el parricida de la mancuerna fue traslado al Centro Penitenciario de la Moraleja, en la localidad palentina de Dueñas. Según confirman fuentes penitenciarias a La Vanguardia, Antonio reside en el módulo 11, un módulo que se considera de respeto y trabaja en el office. Es decir, repartiendo la comida a otros internos.

A lo largo del día no realiza ninguna otra actividad ni tampoco tiene concedido ningún permiso por parte de la Junta de Tratamiento. En su expediente, por el momento, no constan incidentes. “Se porta bien en general”, aseguran las citadas fuentes, aunque barajan su traslado a otra cárcel. Eso sí, lo que tienen claro es que “no quieren que vuelva a Mallorca”. Su próximo destino todavía está por decidir. 

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