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El fiscal acusa de “clasismo” al asesino confeso de un escort en una cita Chemsex

Juicio Barcelona

El Ministerio Público ha elevado la petición de pena hasta los 20 años al considerar que el autor de los hechos era consciente de lo que hacía

El acusado, Aaron James Rainbow, hace uso del derecho a la última palabra en la última sesión del juicio

La Vanguardia

El acusado, Aaron James Rainbow, de 50 años, se ha mantenido impasible frente al jurado popular en la última sesión del juicio. De vez en cuando comentaba la jugada con su traductora e incluso, en ocasiones, esbozaba una sonrisa. Delante de él, la familia del hombre al que mató buscaba en su mirada algún atisbo de arrepentimiento. En la primera fila estaban sentados la tía, el tío, la hermana y los dos primos del fallecido, que han presenciado la mayoría de las sesiones. Los padres, en cambio, no se han visto con fuerzas para asistir.

La Fiscalía y la acusación particular han recriminado al acusado que durante las dos semanas que ha durado la vista, y que ha finalizado este martes, no haya dado ni una muestra de contrición ni gesto de misericordia hacia la familia, a pesar de que no hay ninguna duda de que fue él quien mató a cuchilladas a Óscar Tornero, un hombre de 38 años al que había contratado como escort para pasar una noche de sexo y drogas, en una práctica conocida como chemsex. 

“Aquí lo que hay es soberbia, falta de empatía con la víctima y clasismo”, ha espetado el fiscal Félix Martín, visiblemente molesto por la actitud que ha exhibido el acusado durante el juicio. Rainbow llegó a asegurar durante su declaración que “la víctima era él” y acusó al fallecido de formar parte de una red de prostitución masculina que quería violarlo y retransmitir en directo la agresión. “Es absurdo”, ha denunciado el fiscal, que se ha preguntado: “¿Es necesario todo esto? Es una tomadura de pelo y una difamación gratuita de la víctima”. A esta teoría se abonaron algunos diarios sensacionalistas británicos que acusaron a la justicia española de no querer investigar a fondo el asunto y de amparar una red de pornografía gay. Al finalizar el juicio, el fiscal ha elevado de 19 a 20 años la pena que solicita para el acusado al considerar que era consciente de lo que hacía y “no era merecedor de un atenuante”. “Estaba intoxicado por las drogas”, ha asegurado, “pero la decisión de matar a Óscar fue racional”.

El fiscal carga contra la versión del acusado: “¿Es necesario todo esto? Es una tomadura de pelo y una difamación gratuita de la víctima”

El 17 de febrero de 2023, Rainbow asestó a la víctima al menos cinco puñaladas con un cuchillo de cocina tras haber consumido metanfetamina y GHB, y haber mantenido relaciones sexuales con Óscar en una masía en Vallgorguina. El acusado se justificó diciendo que temía que la víctima, al que ya había contratado en cinco ocasiones anteriores, lo atacara y lo violara. “Eso es una falta de respeto y una difamación gratuita a una persona que está muerta”, ha reprochado el fiscal.

Tornero escapó de la casa con cuatro puñaladas en el pecho y una por la espalda, saltó desde una altura de tres metros hasta la calle, donde se desangró a unos metros de la vivienda mientras intentaba pedir auxilio. Detrás del fallecido corrió el acusado, cuchillo en mano. Se mantuvo subido a una repisa durante 30 minutos viendo cómo su víctima se desangraba. “Este señor estaba esperando que Óscar muriera”, ha reiterado el fiscal, recordando los gritos que profirió y que escuchó el vecino de la casa de al lado: “I fucking killed you” (te he matado, joder). El vecino dijo que los gritos eran de euforia.

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El jurado popular, formado por cinco hombres y cuatro mujeres, deberá decidir si el acusado tuvo una intoxicación por drogas que no anuló su voluntad o si, por el contrario, padeció un brote psicótico que le provocó un delirio, como sostiene su defensa. Los forenses del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses negaron, sin embargo, que padeciera un delirio. En un informe concluyeron que el acusado “no presentaba sintomatología activa que fuese compatible con la alteración de la cognición, más allá de lo que refirió en su relato”.

Otro elemento importante es el de la previsibilidad. Los miembros del tribunal popular deberán decidir si podía preverse que el acusado, tras tomar drogas, se volvía violento. Así cobra especial importancia un incidente que tuvo con otra pareja sexual dos días antes del crimen. Un bailarín senegalés recordó que Rainbow, tras tomar las mismas drogas —GHB y metanfetaminas—, temió que cogiera un cuchillo y lo atacara. “Óscar no murió por azar, murió porque Aaron decidió repetir un experimento que ya sabía que podía terminar mal, y quien juega con fuego no puede presentarse como una víctima”, ha reprochado el fiscal, que ha añadido: “Ha jugado a la ruleta rusa con otro ciudadano”.

El abogado de la familia del fallecido: “En vez de arrepentirse, de pedir perdón, prefiere justificarse”

Ignacio García Vituri, abogado que representa a la familia de la víctima, ha recordado que el acusado y su abogado se han dedicado durante el juicio a deshumanizar a la víctima. “En vez de arrepentirse, de pedir perdón, prefiere justificarse y buscar una teoría de la conspiración”. Ha recordado que las primeras palabras que pronunció ante la policía después de reducirlo y de que dispararan varios tiros al aire fueron: “No sex, no drugs, he’s not my boyfriend” (no he practicado sexo, no he tomado drogas y él no es mi novio). El acusado no había desvelado su homosexualidad a su familia y, según el abogado, estaba más interesado en que no se revelara su orientación “en lugar de estar preocupado por la muerte de otra persona”.

El abogado ha destacado que Óscar, que tenía una hija de 9 años, ejercía la prostitución por necesidad. “Tomaba drogas para ejercer la prostitución o se prostituía para pagarse las drogas”, un modo de vivir que, aunque nadie desearía para sus hijos, “da igual”, y dirigiéndose al jurado ha dicho: “Era un ser humano y su vida no puede valer menos que otra”.

El abogado de la defensa asegura que su cliente se quería defender

La familia de la víctima se ha levantado de la sala justo cuando el abogado de la defensa se disponía a tomar la palabra. Este ha explicado que su cliente “no tenía ninguna intención de matar a Óscar” y que actuó movido por un brote psicótico provocado por las drogas y por el miedo a que la víctima lo violara. “Se quiso defender”, ha dicho. Finalmente, el acusado, utilizando el último turno de palabra, ha dicho por primera vez que está arrepentido y ha pedido perdón a la familia de Óscar. Su hermana, sus tíos y sus primos ya habían abandonado la sala.