Diana Navarro vivió una carrera musical llena de altibajos, empezando por un inicio fulgurante que la marcó profundamente. Su primer álbum lanzado en 2005, No te olvides de mí, consiguió ser doble disco de platino con 200.000 copias vendidas. La consecuente gira la llevó a realizar 120 conciertos, una nominación a los Latin Grammy y demás reconocimientos. Sin embargo, los años posteriores mostraron la cara menos agradable de la fama.
Este ha sido uno de los aspectos que ha concedido en una entrevista a Hoy por hoy, el programa de la Cadena SER presentado por Àngels Barceló. La cantante malagueña ha formado parte de la programación del Día Mundial de la Radio, repasando sus más de dos décadas de trayectoria. Sus inicios han llenado gran parte de la sección Amigos alegres, donde Navarro pudo explicar los problemas que le conllevó un camino tan tortuoso.
“Tuve ese momento Michael Jackson, donde todo el mundo era 'Diana Navarro, Diana Navarro' y después gracias a Dios la cosa bajó. Yo seguí trabajando pero como persona me consumía. No estaba preparada como persona para aquello. Yo había tomado la mala decisión de no estudiar nada, y por eso ahora animo a todo el mundo a no dejar nunca de formarse nunca, y entré un mundo en el que hay magníficos profesionales pero que también es muy voraz”, detalló.
La artista también echó la vista atrás en las personas que gestionaron su carrera. Esta estaba “en manos de una gente que pensaba 'que no se entere de nada, que esté en la burbuja' para poder manipularme a su antojo”. Una de esas personas fue su representante, quien según sus palabras la “exprimió como un limón”. De igual forma, pudo detallar distintas formas en las que poder dejar atrás aquella mala experiencia.

Diana Navarro
Malas compañías
“Lo del manager de aquel entonces fue una cosa muy maligna, muy maligna, vamos, era de libro. Era de estos de manual que todo lo hacía para estrujar el limón, sacar lo máximo del artista pero la persona no le importaba absolutamente nada. Económicamente me estrujó bastante... pero bueno, que lo disfrute mucho, que lo disfrute mucho, que yo soy muy feliz”, remarcaba, ante la atenta mirada de la presentadora y sus colaboradores.
“Me di cuenta por fin de que no me quería y de que tenía que ponerle remedio, así que metí en una coctelera psicólogos, rezar porque yo soy cristiana, eneagramas, reiki... Poco a poco fui dándome cuenta de que si no me amaba y no me aceptaba completa y profundamente no podría tener una relación equilibrada nunca con nadie. Desde el egoísmo sano, me quiero, me respeto y bueno, así me llegó el amor verdadero, o sea que imagínate”, sentenció.