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El motivo por el que Marisa Medina pidió perdón a sus hijas poco antes de morir: “Tenía un corazón que no le cabía en el cuerpo”

‘Y ahora Sonsoles’

La presentadora se sinceró sobre los errores de su vida y reconoció el daño causado por sus adicciones

Muere la presentadora y actriz Marisa Medina

“Solo les he pedido perdón y nunca me cansaré de pedirles perdón por el mal que les he hecho”, confesó Marisa Medina en su biografía 

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Marisa Medina fue una de las presentadoras más icónicas de la televisión española, pero su vida estuvo marcada por luces y sombras. Sus hijas, Silvia y Laura Santisteban, han hablado por primera vez en televisión en el programa Y ahora Sonsoles sobre los momentos más duros que vivieron con su madre, incluyendo la lucha de la presentadora contra la adicción al juego y las drogas. Poco antes de morir, Medina les pidió perdón de forma reiterada por el sufrimiento que les había causado.

El peso de la culpa y el perdón de Marisa Medina

La adicción al juego y las drogas marcó su vida y la de sus hijas

“Nos pidió perdón muchísimas veces”, confiesa Laura Santisteban en una emotiva entrevista. “Mi madre era generosa y tenía un corazón que no le cabía en el cuerpo. Y esto forma parte de su historia. Ella misma hablaba de ello con total naturalidad”. Marisa Medina nunca ocultó su caída a los infiernos. En su libro Canalla de mis noches, confesó haber perdido millones de pesetas en el juego y haber recurrido a las drogas en los momentos más oscuros de su vida.

Silvia y Laura, hijas de Marisa Medina, recuerdan a su madre en ‘Y ahora Sonsoles’.

Atresmedia

La presentadora tomó conciencia del dolor que había generado a sus hijas y quiso reparar el daño en la medida de lo posible. “Nosotras lo vivimos muy mal”, reconoce Silvia. “Fue una época muy dura, pero también nos enseñó a ser fuertes”. A pesar de los años complicados, las hijas de Medina destacan que ella supo salir adelante y que su vida no solo estuvo marcada por el sufrimiento. “Era una mujer tremendamente valiente”, afirman.

El cáncer terminó siendo la batalla que Marisa Medina no pudo ganar. Sus hijas recuerdan el momento en el que el oncólogo le confirmó que no le quedaba más de un año de vida. “Mi madre, con su naturalidad de siempre, le preguntó directamente: 'Dígame, ¿cuánto tiempo me queda?' Y cuando le dijeron que no llegaba al año, no soltó ni una lágrima. En cambio, nosotras sí nos quedamos sin palabras”, recuerda Laura.

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Las hermanas Santisteban vivieron de cerca la enfermedad de su madre, que afrontó el final de su vida con una serenidad impactante. “Lo aceptó con mucha tranquilidad, nos enseñó a vivir hasta el último día”, dice Silvia. “A pesar del dolor, nos quedamos con lo mejor de ella, con su valentía y su amor incondicional”. Marisa Medina falleció en 2012, pero su legado sigue vivo en el recuerdo de quienes la conocieron, tanto dentro como fuera de la televisión.

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