Lalachus, sobre por qué los millennials viven sin ilusión: “Se nos dijo que estudiáramos lo que tuviera más salida”
Los engañados
La humorista reflexiona sobre la desconexión entre la expectativa y la realidad de muchos de esos 'jóvenes' que ya superan los 40
Lalachus profundiza en qué salió mal con la generación que pasó de ser ambiciosa a ser infeliz.
Fueron aquellos niños sin móviles que aún jugaron en las calles, que vivieron qué fue aquello de tener un ordenador personal, Internet en casa y posibles para poder obtener una formación superior; más recursos que sus padres y una sociedad mucho más diversa. El trato era sencillo: estudia mucho y conseguirás lo que te propongas, que a ojos de la sociedad era tu casa, familia y coche.
La generación millenial tuvo una oportunidad para soñar, pero la crisis les jugó una mala pasada. Al final, la carrera y formación superior estaban ahí, pero solo unos pocos afortunados consiguieron todo lo demás. Para colmo, se han convertido en carne de meme, les llaman “vagos” y “fracasados”; viven con sus padres y reciben las burlas de la generación Z.
Los millennials estaban posicionados para tener mucho éxito, o eso se les dijo.
Sobre esto se ha pronunciado Lalachus en el podcast Estirando el chicle, presentado por Carolina Iglesias y Victoria Martín. En el último episodio contaban con una invitada de excepción, la influencer Marina Rivers, que a sus 22 años ha conseguido grandes hitos en su corta carrera en el mundo digital.
Rivers es una de las influencers más destacadas de España y compagina su trabajo en las redes sociales con su carrera universitaria, un doble grado en Derecho y Economía en la Universidad Rey Juan Carlos. La joven es una de las creadoras de contenido mejor pagadas en redes sociales, pudiendo llegar a cobrar hasta 200.000 euros por campaña.
Lalachus profundiza en qué salió mal con la generación que pasó de ser ambiciosa a ser infeliz.
Parece que lo tiene todo, y así es. Sin salir de su asombro por su corta edad, Lalachus no pudo dejar de preguntarle a la madrileña si tenía 22 años en realidad, como para asegurarse, desde el momento en el que fue presentada en el espacio. “No va a tener menos ni más por mucho que le preguntes", le cortó Carolina Iglesias, entre risas.
“Yo con 22 años era una persona tan ridícula”, se defendió la humorista. “Lo único que quería era ver Operación Triunfo. No sé ni lo que hacía, ir a Gandía. Y esta persona, aquí...”, dijo, señalando a la influencer. “Es por saber un poco la diferencia las cosas que teníamos en mente millenials y generación z”.
Los millennials estaban posicionados para tener mucho éxito, o eso se les dijo
Sin embargo, Lalachus sí quiso dejar clara una cosa: a pesar de odiar las comparaciones entre generaciones, sí defendió a los millenials por haber sido los grandes engañados de los últimos tiempos.
“Los millenials supuestamente éramos la generación más preparada”, comenzó diciendo. “Nos metieron en nuestra cabecita eso porque terminamos estudiando todas las carreras que nos decían nuestros padres que 'tenían salida'”. La humorista recordaba entonces cómo ella quiso estudiar Comunicación, pero terminó matriculándose en Administración porque su madre se empeñó, al ver cómo su vecino no había tenido ningún futuro.
Marina Rivers fue la invitada de 'Estirando el chicle'.
“Mi madre quería que estudiase Administración , que para mí es lo peor del mundo, que no sé hacer nada de ese tipo de cosas”, recuerda la cómica. “Mucha gente de nuestra generación ha ido con ese pensamiento y con ese tipo de cosas: lo que tenga más salida”.
Para la cómica, eso explica muy bien el estado de infelicidad y frustración en lo que están sumidos gran parte de los jóvenes -ya no tan jóvenes- de la generación millenial.
“Gente frustradísima, que no le gusta nada lo que ha hecho ni lo que ha estudiado y que está ahora puesta por el ayuntamiento, viviendo su vidita sin alegría ni ilusión”, sentencia. “Al final, esto... Los millenials nos creemos que somos jóvenes y somos más viejos que Matusalén”, terminó.