Karlos Arguiñano es el cocinero televisivo más conocido y celebrado de la pequeña pantalla en España. Durante cerca de cuatro décadas ha aparecido ininterrumpidamente en múltiples cadenas, cada mañana y cada tarde, dispuesto a presentar recetas con las que comer “rico, rico, y con fundamento”. Una auténtica eminencia gastronómica y una de sus caras más amables, siempre con una sonrisa relajada en el rostro y sus máscaras preparadas para pasar un buen rato.
Tal experiencia puede notarse desde los primeros pasos, como es el caso de la lista de la compra o los pros y contras de según qué alimentos. También en su sentido de humor, gracias a los constantes chistes que amenizan las recetas. Sin embargo, uno en particular se mantiene guardado en la recámara del de Zarautz, siendo el primero que soltó en su estreno en Antena 3. Un evento que se produjo hace más de 15 años, como recordaba en un episodio reciente de Cocina Abierta.
“Esto era una madre que se estaba echando desodorante de spray, en cada axila y llega su hijo y le dice: 'mamá, mamá, ¿y el agujero de ozono qué?'. Y la madre se echa spray en su zona íntima”, soltaba, antes de estrenar una de sus rápidas canciones: “One, Two, badabadum, como lo llevas tú, ding dong, ponte en acción, ya verás que sensación, el movimiento se demuestra andando y el cariño cocinando, dubidú”.
En el ámbito alimentario, el cocinero vasco tiene claro cuál es uno de los menos recomendados para tomar de noche: el pan. “Hay que comer a la mañana y al mediodía porque luego lo vas quemando. El pan de la noche se convierte un poquito en azúcar, y a partir de una edad se nos va cargando la mochila”, explicaba en una receta reciente. Una decisión que puede afectar de manera significativa a nuestro metabolismo.

Karlos Arguiñano
Cambios importantes
En líneas generales, los panes integrales o de masa madre son la mejor opción para consumir durante el día. Su bajo índice glucémico y mayor contenido de fibra deja el cuerpo saciado y ayuda a regular el tránsito intestinal. Otro elemento sobre el que Arguiñano se ha sincerado sobre su consumo es el azúcar. Durante una entrevista en 2019, reconoció que llevaba una década sin echar azucarillos a su café. Su cambio se basó en una visión más amplia del consumo a largo plazo.
“Me quité los azucarillos hace 8 o 10 años. Si me tomo 3 o 4 cortados todos los días por 365 días al año, ¿cuánto azúcar he evitado? Que digan que es veneno tomar leche, no lo entiendo… Todos nos hemos criado bebiendo leche. ¿Por qué no te vas a tomar un flan o un arroz con leche? No hay que ir a estudiar a ningún sitio para darse cuenta de que comer sano es comer un poco de todo, con sentido común, y mucho de nada. Yo lo veo así de sencillo”, comentaba.