Confianza, cercanía y un trato que terminó en los tribunales. Es lo que relata el empresario que ha denunciado a los futbolistas Nico e Iñaki Williams por una presunta estafa en la compraventa de un coche de lujo valorado entre 130.000 y 230.000 euros. Según su testimonio, el acuerdo consistía en entregar el vehículo a cambio de otro de propiedad de los hermanos, pero nunca recibió el coche pactado.
El caso ya está en manos de la justicia y los jugadores del Athletic Club deberán declarar como investigados el próximo mes de enero, al igual que su tía y un amigo de la familia, presuntos implicados en la operación.
Un trato entre conocidos que acabó en los tribunales
El empresario compartió cenas, partidos y confianza con la familia Williams antes de perder el coche y quedarse sin respuesta
“El coche era para Nico”, afirma la víctima en una entrevista con TardeAR. Según su relato, fue el futbolista más joven quien mostró interés por el vehículo. Su hermano Iñaki, añade, actuaba como “cabeza de familia”, mientras que un amigo íntimo de ambos se encargó de gestionar los trámites de la operación. La confianza era tal que incluso compartieron cenas, visitas a Bilbao y partidos en el palco de San Mamés. “He llevado a la tía personalmente en mi coche al estadio y he entrado con ella, con sus amigos. He estado con ellos en Bilbao, cenando también.”

La víctima entregó un coche de lujo confiando en recibir otro a cambio, pero el vehículo pactado jamás apareció
Pero la historia dio un giro inesperado. El empresario entregó el coche de alta gama confiando en recibir otro a cambio. Sin embargo, el vehículo que se iba a dar en permuta nunca apareció. A día de hoy, el coche entregado sigue a nombre de la tía de los Williams, una mujer presuntamente insolvente. “Ellos fueron a la gestoría donde yo estaba. Hicieron los trámites y se llevaron los papeles originales automáticamente”, relata.
Además del perjuicio económico, la víctima asegura que la experiencia ha sido un golpe personal: “Con la cara que te estás quedando tú, la misma cara me quedo yo: sin coche y sin dinero”. También denuncia el coste emocional y legal que le ha supuesto defender sus derechos: “Yo llevo pasando un infierno. Me han hecho un agujero enorme y ellos siguen con su vida. Tengo que hacer frente a gastos para defenderme, para poder recuperar mis activos”.
Me han hecho un agujero enorme y ellos siguen con su vida”
El coche, según confirma el propio afectado, lo tienen los hermanos Williams, aunque su ubicación actual es incierta. Ni el vehículo original ni el que debía entregarse en compensación han sido devueltos.
En la trama también figura la tía de los futbolistas, Mari, cuya respuesta al ser localizada fue: “No entiendo español”. Una declaración que ha generado dudas sobre cómo pudo firmar un contrato de compraventa. El otro implicado es un amigo de la infancia de Iñaki Williams, que figura en la querella pero no como investigado, algo que los abogados de la víctima han solicitado corregir ante la jueza.
Según estos letrados, este hombre —cercano a los hermanos y presente en su círculo más íntimo, incluso en la boda de Iñaki— habría sido el “cerebro” de la operación, utilizando a la tía como tapadera legal para evitar que se pudiera reclamar el vehículo.
De momento, los hermanos Williams no se han pronunciado públicamente, aunque en TardeAR se emitió un audio en el que Nico hablaba con la víctima sobre cómo quería personalizar el coche.
La justicia deberá ahora determinar si hubo o no delito. La cuantía, al superar los 400 euros y estar por debajo de los 250.000, podría implicar una pena de prisión de hasta seis años si se confirma la estafa agravada.