Charles Goodyear era un inventor en la ruina, hasta que descubrió por accidente una técnica que casi le hace millonario: “He tomado prestado el dinero de Dios, y él me lo reclamará de vuelta”
El descubrimiento accidental del caucho vulcanizado cambió la industria moderna, pero su inventor murió endeudado sin ver los frutos de su hallazgo
























