El Seminario de Barcelona se integra en el Seminario Mayor Interdiocesano de Catalunya
El declive de la práctica religiosa
El relevo generacional de los sacerdotes en España “está gravemente comprometido”, dice un informe
Entrada principal del seminario de Barcelona, en la calle Diputació
Afectado por la falta de vocaciones, el seminario conciliar de Barcelona, que ha formado a los sacerdotes de la diócesis desde 1.593, cierra las puertas. A partir del próximo curso, los 28 seminaristas que se formaban en el edificio de la calle Diputació, detrás de la sede central de la Universitat de Barcelona y seminario desde el 1879, se trasladarán al seminario mayor interdiocesano de Catalunya (SMI), en la calle Casp. Este centro acoge a alumnos de todas las diócesis de Catalunya (Tarragona, Lleida, Girona, Solsona, Vic, Tortosa y Urgell), salvo la de Terrassa, la única que mantiene su independencia formativa.
La operación se produce a petición del arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, y el obispo de Sant Feliu de Llobregat, pero fue concebida por el difunto Papa Francisco con la idea de promover los seminarios interdiocesanos, de una o más provincias eclesiásticas.
La sede de la calle Diputació mantendrá la etapa propedèutica, el curso introductorio de los seminaristas, y la etapa discipular o bienio filosófico, cuyos alumnos contarán con unas dependencias propias.
Desde 1.593, el seminario de Barcelona ha pasado por el convento de Santa Maria de Montalegre (Raval), el colegio de Cordellas (Rambla), la casa Magarola (calle Tallers), hasta recalar en en 1.879 en la actual ubicación. El edificio de la calle Diputació, que también acoge un museo geológico con 70.000 fósiles y la biblioteca pública Episcopal –la más antigua de la ciudad– será utilizado por el Ateneu Sant Pacià para impartir el grado de teología.
Menos de la mitad de los niños son bautizados hoy en día, cuando en el 2001 representaban el 72%
El cierre del seminario se enmarca en la crisis de práctica religiosa sin precedentes en España, con un desplome de vocaciones y sacramentos, según concluye el último informe del observatorio de CEU-Cefas que analiza la demografía de la Iglesia en el mundo y en España. Bajo el título Demografía de la Iglesia Católica, a las puertas de su tercer milenio , el trabajo señala como “uno de los datos más preocupantes” el descenso acelerado del número de sacerdotes y seminaristas en España, la cifra de vocaciones “al borde del colapso”. En el 2023 había 15.285 curas en activo, un 40% menos que en 1971, a pesar de que la población nacional se ha duplicado desde entonces. La edad mediana del clero supera los 65 años, frente a los 35 años de media en 1960. Con estos datos, “el relevo generacional está gravemente comprometido”. En el curso 2023-2024, solo ingresaron 143 seminaristas en todo el país, y se ordenaron 79 nuevos sacerdotes, cuando se necesitarían al menos 300 anuales para compensar bajas y fallecimientos. En 1965 había más de 8.000 seminaristas mayores. Hoy, apenas superan los 950.
Por otra parte, constata que, en línea con la tendencia del resto de Europa, en España la pérdida de religiosidad de los bautizados es muy elevada. Según el CIS (abril del 2025), solo el 18,7% de los españoles se declaran católicos practicantes, aunque más de la mitad de la población (55,5%) se identifica como católica. Solo una minoría asiste regularmente a misa o participa activamente en la vida parroquial. En el 2023, 8,2 millones de personas asistían regularmente a misa. “Mucha gente, pero mucha menos que antaño”, matiza el estudio, que rescata un dato de Foessa: en 1973 el 70% de los adultos españoles cumplían regularmente con el precepto dominical.
En el 2008 la cifra de matrimonios civiles superó por primera vez a los religiosos y la diferencia se ha ido ampliando hasta las proporciones actuales, con un 82% de uniones civiles y un 18% religiosas. “Una parte relevante de este cambio en solo dos décadas se debe a la llegada masiva a España de inmigración no católica, pero eso solo explicaría una parte menor de este vuelco”, razonan los autores del informe. Otro tanto sucede con los bautizos. En el 2023 fueron bautizados 152.246 bebés, que representan el 47,6% de los nacimientos, una proporción que era de casi el 100% hace 40 o 50 años y se ha ido reduciendo: 72% en el 2001, 55% en el 2015. “Cara al futuro es muy relevante el porcentaje de recién nacidos que son bautizados”, afirma el trabajo. “Es igualmente indicativo comparar el número de primeras comuniones con el número de niños de 9 años”, añade. En este caso, el 35,2% de los niños de esa edad recibieron la primera comunión en el 2023, 10,3 puntos menos que en el 2017.
En el 2023 había 15.285 curas en activo, un 40% menos que en 1971, y la población se ha duplicado
“Aunque la Iglesia siga creciendo en América, África y Asia, en vista de lo ocurrido en Europa, de lo que está sucediendo en EE.UU. y del desplome de la fecundidad (...), las tendencias mundiales son hacia una mayor secularización y pérdida de sentimiento religioso”, avierte el informe.