La otra violencia sexual que preocupa a los Mossos: envío de fotos, insultos y 'deepfakes'
Violencia digital
Una encuesta de Interior refleja que dos de cada tres mujeres han sufrido violencia sexual, tanto fuera como dentro del espacio digital. Pero solo un 6% lo ha denunciado
Una de cada cuatro mujeres mayores de 15 años ha sufrido violencia sexual lo largo de su vida (24,8%)
La violencia sexual también se encuentra en el entorno digital, sin necesidad de contacto físico. Los espacios virtuales y las redes sociales se han transformado en escenarios donde la violencia machista no solo se reproduce, sino que se amplifica y adopta nuevas formas.
La última encuesta de violencias sexuales en Catalunya, basada en 8.700 entrevistas telefónicas, trata de conocer las violencias sexuales que se producen tanto fuera como dentro del espacio digital. La consellera de Interior, Núria Parlon –que ha anunciado que el estudio pasará a ser bienal– ha expresado la complejidad de estas violencias, que a menudo pasan “desapercibidas” o se dan en “espacios de confianza”, como la pareja. También ha admitido que es necesario “mejorar” la respuesta institucional y ha reivindicado el papel de las administraciones como agentes de cambio.
Las violencias digitales se han consolidado como una forma de agresión que ya ha afectado a una de cada cuatro mujeres mayores de 15 años a lo largo de su vida (24,8%). Este tipo de violencia se manifiesta de múltiples formas, siendo los comentarios ofensivos en línea y el envío de imágenes sexualmente explícitas entre las cinco más destacadas. Después de una ruptura, ganan especial presencia. El 14,2 % de las mujeres reporta haber recibido amenazas de difusión de imágenes por parte de sus exparejas, mientras que el 11,2 % señala haber recibido comentarios ofensivos en línea.
Amenazan la presencia pública y exposición de las mujeres
“Se caracterizan por ser fáciles, rápidas, masivas y, a menudo, impunes, por su dificultad de regulación”, ha asegurado Silvia Semenzin, socióloga experta en violencia machista digital, durante la jornada de presentación de resultados. Pero lo cierto es que “no podemos banalizarlas ni normalizarlas”, ya que tienen un impacto tanto “individual” como “colectivo”: “Estas violencias amenazan la presencia pública y exposición de las mujeres, porque buscan callarlas y silenciarlas. El riesgo de no actuar las excluye de la participación democrática”.
El informe refleja también que 67,3% de las mujeres ha admitido haber sufrido algún tipo de violencia sexual a lo largo de la vida y el 15,5% en el último año. Aunque las violencias “sin acceso corporal” (exhibicionismo, grabación, comentarios ofensivos, envío de imágenes y amenaza de difusión de imágenes, chantaje sexual, entre otras) continúan siendo las más frecuentes (62%), frente al 44,9% del resto de violencias sexuales.
A pesar de la alta prevalencia, las denuncias representan una tasa “excepcionalmente baja”. En los casos que implican contacto corporal, el índice de denuncia de hechos considerados delictivos se sitúa solo en un 6%. ¿Por qué no denuncian? “El miedo a no ser creídas, ya que muchas agresiones ocurren en entornos de confianza y sin repercusión física, pero también el temor a represalias en el trabajo o la dificultad para aportar pruebas (15,6% y 12%, respectivamente), además de factores emocionales como la vergüenza, la culpa o el bloqueo”, ha asegurado Alba Alfageme, jefa del Gabinet de Seguretat i Polítiques Transversals, durante la presentación de los datos.
De hecho, cuanto más cercano es el vínculo con el agresor, menor es la percepción del carácter delictivo de los hechos por parte de la víctima. En este sentido, el 55,5% de los hechos cometidos por desconocidos se considera delictivo, frente al 37,2% cuando el autor es conocido, y solo el 11,7% cuando es la pareja actual. “Estos datos reflejan cómo de naturalizadas tenemos este tipo de violencias en la pareja”, ha destacado Alfageme. La encuesta revela que tres de cada cuatro ha sufrido violencia sexual por parte de quien era su pareja en el momento de los hechos.
Cuanto más cercano es el vínculo con el agresor, menor es la percepción del carácter delictivo
Por otra parte, en el contexto de la violencia digital, existe un gran impacto a nivel psicológico, ya que el 87% de las mujeres que han recibido amenazas por la difusión de imágenes o vídeos íntimos manifiestan haber sufrido episodios de ansiedad, depresión, pérdida de autoestima o problemas de sueño. Es el segundo tipo de violencia que más impacto psicológico provoca en la vida de las mujeres, solo por detrás de las violaciones con violencia e intimidación.
A pesar de todo, “no tenemos sociedades preparadas para recoger las denuncias de las víctimas”. Así lo cree la socióloga Silvia Semenzin, quien sufrió violencia digital por parte de su expareja y que tampoco denunció. “Las instituciones y sus agentes deben evitar juzgar y minimizar estos hechos, de lo contrario puede llevar a revictimizaciones o retiradas de denuncia. Mostrar empatía puede salvar vidas”, ha señalado la experta, quien ha recordado que los casos más graves pueden llevar hasta el suicidio. La cantidad de imágenes y vídeos 'deepfake' disponibles en línea aumentó un 550% entre 2019 y 2023, según el informe Home Security Heroes (2023).
Paralelamente, Semenzin, originaria de Italia, ha recordado el terrible caso mediático en su país, donde más de 30.000 hombres compartían imágenes sexuales sin consentimiento de sus parejas, amigas o desconocidas en una página de Facebook llamada 'Mia moglie'. “El país cerró una web con un millón de usuarios, donde se enseñaba a hombres a colocar cámaras en gimnasios y tiendas, a hackear dispositivos de vigilancia y a compartir imágenes”. Algunas mujeres lo denunciaron hace ya seis años, cuando se creó el grupo, pero nunca se cerró. La denuncia masiva y el escándalo mediático provocó que este año cerraran la página a los pocos días.