Varios elementos genéticos afectan de forma conjunta la probabilidad de padecer un trastorno adictivo y el grado de formación académica alcanzado. Una investigación llevada a cabo por el Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), y difundida a través de la publicación Addiction , ha determinado estos elementos, concluyendo que una mayor susceptibilidad genética a la adicción se relaciona con una mayor posibilidad de obtener un menor nivel de estudios.
Que las dificultades escolares y los problemas de consumo de sustancias aparecen de forma conjunta asiduamente no es ningún descubrimiento. “Lo que hace nuestro trabajo es aportar nuevos datos genéticos que ayudan a esclarecer esta asociación”, explica Judit Cabana-Domínguez, investigadora principal de grupo de Psiquiatría, salud Mental y adicciones del VHIR y del Cibersam.
En su criterio, la investigación podría ser valiosa al momento de crear terapias y definir enfoques para eludir las dependencias. “Por otro lado, conocer la base genética de las adicciones y los trastornos psiquiátricos contribuye a romper el estigma. Tienen una base biológica igual que la de cualquier otro trastorno, y se trata de trabajar en la mejora de la prevención y el tratamiento”.
Un conjunto de científicos seleccionó a más de 1.400 individuos con diagnósticos de problemas de abuso de sustancias como cocaína, opiáceos, cannabis o sedantes, y llevaron a cabo un análisis de asociación del genoma completo con el fin de detectar variaciones genéticas que afectaran simultáneamente la predisposición a la adicción y el logro académico.
Sede del VHIR, en el Vall d'Hebron
A pesar de que se ha encontrado una fuerte correlación entre variantes genéticas compartidas, la investigación no logra dilucidar si una menor formación académica eleva la probabilidad de desarrollar adicciones, si las adicciones obstaculizan el progreso educativo, o si ambas circunstancias se influyen mutuamente, señala la científica Marta Ribasés.
“Pero “conocer mejor los factores genéticos compartidos puede ayudar a mejorar las estrategias de prevención y a integrar la perspectiva educativa en las políticas de salud pública sobre adicciones”, matiza.
Un grupo de científicos seleccionó a más de 1.400 individuos con problemas de adicción a diversas drogas.
En este sentido, “el individuo no está predeterminado al nacer por el hecho de tener esta base genética”, recuerda la doctora Cabana-Domínguez: “El ambiente es muy importante y, con mejoras en todos los ámbitos, puede modular el factor de riesgo genético”.

