Al Gobierno de Donald Trump no parece importarle nada que un error administrativo, como ya admitió ante un tribunal, se convierta en un error fatal. El Departamento de Justicia apartó indefinidamente del servicio a uno de sus abogados, Erez Reuveni, porque el viernes compareció en Washington ante una juez de distrito y respondió que el inmigrante Kilmar Ábrego García, residente en Maryland desde el 2011, sin antecedentes penales y con estatus de protección, “no debería haber sido deportado”.
Mostrar comentarios