El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, ha enfriado un poco, este viernes, el optimismo que trascendió de las reuniones de la víspera en el Elíseo con líderes europeos y ucranianos para poner fin a la guerra con Rusia. Desde el aeropuerto de Le Bourget, antes de abandonar París, el jefe de la diplomacia norteamericana advirtió de que, si no se vislumbra un acuerdo “en cuestión de días” para que pueda aplicarse en pocas semanas, Washington abandonará su empeño “porque tenemos también otras prioridades en las que centrarnos”.
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