En un comienzo de verano en el que no hay un día sin algún incendio de cierta consideración, la situación en el Baix Ebre se agravó anoche a causa del viento. El incendio forestal que se declaró el domingo en Paüls (Tarragona) sufrió un brusco avivamiento que ha elevado la superficie quemada a 2.899 hectáreas y ha obligado a tomar medidas drásticas para evitar males mayores. “Ha sido una noche muy complicada”, ha admitido este martes la consellera de Interior, Núria Parlon, en rueda de prensa.
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