
Los contenidos sobre nutrición son muy populares en TikTok
La glorificación de contenidos centrados en la delgadez y la promoción de información falsa sobre nutrición: las redes sociales contribuyen, en jóvenes ya vulnerables, al desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y complican su tratamiento. “Ya no se trata un TCA sin abordar las redes sociales. Se han convertido en un factor desencadenante, un acelerador seguro y un obstáculo para la curación”, resume Carole Copti, dietista-nutricionista en París.
En Francia, cerca de un millón de personas padecen anorexia mental, bulimia nerviosa o hiperfagia bulímica, especialmente mujeres de entre 17 y 25 años. Si bien las causas de los TCA son multifactoriales (biológicas, psicológicas, sociales), los especialistas señalan cada vez más el impacto “devastador” de las redes sociales en estas patologías.
“No es la causa, pero es la gota que colma el vaso”, explica Nathalie Godart, psiquiatra infantil y adolescente de la Fundación para la Salud de los Estudiantes de Francia.
A través de la promoción de la delgadez, una alimentación ultra controlada y una actividad física intensa, las redes sociales debilitan a las personas que ya son vulnerables y “amplifican las amenazas para la salud de los jóvenes”, añade. Un ejemplo de ello es la tendencia #skinnytok, repleta de mensajes violentos, culpabilizadores y peligrosos que incitan a reducir drásticamente la alimentación.
“Tomar laxantes o vomitar se presenta como una forma legítima de perder peso, cuando el riesgo es sufrir un paro cardíaco”
Para Charlyne Buigues, enfermera especializada en TCA, las redes sociales son “una puerta de entrada” a estos trastornos, que se banalizan en ellas. Denuncia la difusión de vídeos de chicas que sufren anorexia mental y exponen sus cuerpos desnutridos, o de otras que sufren bulimia nerviosa y muestran sus “purgas”. “Tomar laxantes o vomitar se presenta como una forma totalmente legítima de perder peso, cuando el riesgo es sufrir un paro cardíaco”, recuerda.
Además de provocar graves problemas, especialmente cardíacos y de fertilidad, los TCA son la segunda causa de mortalidad prematura entre los jóvenes de 15 a 24 años en Francia, según la Seguridad Social.
Para Copti, las redes sociales constituyen incluso una espiral. “Las personas que sufren TCA suelen tener una baja autoestima. Pero al exponer su delgadez causada por la anorexia en las redes sociales, acumulan seguidores, visitas, 'me gusta'... y eso alimenta sus trastornos y prolonga la fase de negación”.
Sobre todo porque algunos contenidos se monetizan. Charlyne Buigues cuenta que una joven que se graba regularmente en directo en TikTok mientras vomita “explicaba que la plataforma le pagaba, lo que le permitía financiar sus compras”. E incluso cuando las personas se comprometen a seguir un proceso de recuperación, las redes sociales hacen que el tratamiento sea “más duro, más complejo y más largo”, advierte Carole Copti.
“Tengo que justificarme y luchar para que entiendan que no se puede sobrevivir con solo 1.000 calorías al día”, dice una nutricionista
La causa: la información nutricional falsa que prolifera en las plataformas y que los jóvenes dan por cierta. “La consulta se ha convertido en una especie de juicio para mí. Tengo que justificarme constantemente y luchar para que entiendan que no, que no es posible sobrevivir comiendo solo 1.000 calorías al día —la mitad de sus necesidades— o que no, que no es normal saltarse comidas”, explica la dietista-nutricionista.
“Los pacientes están completamente adoctrinados y yo no puedo competir con mis 45 minutos de consulta semanal frente a las horas que pasan a diario en TikTok”, se lamenta. En la misma línea, Nathalie Godart alerta sobre la proliferación de pseudocoaches que comparten consejos aberrantes, que podrían equipararse al “ejercicio ilegal de la nutrición”.
“La palabra de estos influencers tiene mucho más peso que la de las instituciones. Luchamos constantemente por transmitir mensajes sencillos sobre la alimentación”, lamenta,
Muy activa en las redes sociales a través de su cuenta de Instagram @aucoeurdestca, Charlyne Buigues dedica su tiempo a denunciar contenidos problemáticos, aunque “no sirva de nada”. “Los contenidos permanecen en línea y las cuentas rara vez se suspenden, es realmente agotador”, suspira.
La enfermera ha llegado incluso a aconsejar a sus pacientes que eliminen ciertas redes sociales, en particular TikTok. “Puede parecer radical, pero mientras los jóvenes no estén mejor informados, la aplicación es demasiado peligrosa”.