“Contra el ojo seco es importante seguir la regla 20-20-20, que reduce la fatiga y mejora el parpadeo”: la sequedad ocular se relaciona con la edad y algunos hábitos ayudan a evitarla

Longevity

Uno de cada cinco españoles adultos sufre ojo seco, aunque solo un tercio de los afectados están diagnosticados, según un estudio publicado en ‘The Ocular Surface’

Hábitos como la buena hidratación o el descanso de las pantallas son esenciales para prevenir un empeoramiento de la calidad de vida a causa de la sequedad ocular

La sequedad ocular se puede prevenir con algunos hábitos

La sequedad ocular se puede prevenir con algunos hábitos. 

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La dificultad en la hidratación, en varios órganos o sistemas del organismo, es una de las consecuencias que apreciamos fácilmente cuando vamos cumpliendo años. Los ojos son un ejemplo claro: alrededor de un 30% de las personas mayores de 50 años (sobre todo mujeres) lo sufre. En cuanto a la población adulta general, son uno de cada cinco quienes padecen ojo seco, aunque solo un tercio están diagnosticados, según los resultados del Estudio PrevEOS – Prevalencia de la enfermedad del ojo seco en España: una encuesta de base poblacional publicado recientemente en la revista internacional The Ocular Surface.  

El ojo seco “es una enfermedad que consiste en la escasez de la cantidad de lágrima y/o en el deterioro de la calidad de la misma, produciendo una inflamación de la superficie del ojo. Suele ser bilateral y es más común en mujeres que en hombres, especialmente en el periodo de la menopausia y postmenopausia”, explican desde la Clínica Barraquer.

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Aunque puede parecer una patología menor, esta dolencia puede suponer un gran malestar, y se agrava por el hecho de no ser suficientemente atendida. “Una persona que padece ojo seco grave tiene la misma mala calidad de vida que, por ejemplo, un paciente que sufre una angina de pecho grave”, señala José Manuel Benítez del Castillo, presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) y de la Sociedad Española de Superficie Ocular (SESOC) y catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense, líder del estudio citado. 

“Generalmente, son pacientes incomprendidos por los propios médicos, al tiempo que esta enfermedad no es valorada como importante por parte de las autoridades sanitarias”, añade el especialista.

Una persona que padece ojo seco grave tiene la misma mala calidad de vida que, por ejemplo, un paciente que sufre una angina de pecho grave

José Manuel Benítez del Castillo Presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) y catedrático de Oftalmología  

Las causas  o factores de riesgo

La edad es un factor de riesgo cuando se habla de la sequedad ocular. Por eso el doctor Álvaro Fernández-Vega Sanz, director de la Unidad de Retina y Vítreo del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, cree que “en parte se puede considerar el síndrome del ojo seco como una alteración relacionada con la edad”. Fernández-Vega la define como “una afección muy común que produce escozor, picor o lagrimeo y se debe múltiples causas: desde una evaporación excesiva de la lágrima o un parpadeo incompleto hasta alteraciones en los párpados o déficit en la producción lagrimal”. 

Entre otros factores que contribuyen al ojo seco, también influyen “enfermedades sistémicas, carencias vitamínicas, ciertos fármacos como ansiolíticos, tratamientos para el acné o colirios vasoconstrictores, así como patologías dermatológicas como la rosácea, que afecta el borde de los párpados y altera la función de las glándulas que producen la lágrima. Además, en las mujeres, los cambios hormonales ligados a la menopausia provocan una sequedad general de mucosas, incluida la conjuntiva ocular”, apunta el doctor. 

El ojo seco produce escozor, picor o lagrimeo y se debe múltiples causas

Álvaro Fernández-Vega SanzOftalmólogo

Según la clínica Mayo, además, puede suponer más riesgo de sequedad ocular “llevar una dieta con bajo contenido de vitamina A, que se encuentra en el hígado, las zanahorias y el brócoli, o con bajo contenido de ácidos grasos omega-3, que se encuentran en el pescado, las nueces y los aceites vegetales”. Además, usar lentes de contacto o tener antecedentes de cirugía refractiva pueden contribuir también a la patología.

“La sequedad ocular es la causa número uno de problemas oculares leves en mayores. Problemas de sensación de tener tierra, arenilla, escozor, picor, lagrimeo. Y eso es fácil de solucionar, pero hay que ponerse lágrimas artificiales con una cierta frecuencia, unas 4, 5, 6 veces al día. Nuestro ojo en condiciones buenas produce lágrimas cada 30 segundos; ponerse lágrimas artificiales por la mañana y por la noche es tirar un cubo de agua al mar”, aseguraba en Longevity la oftalmóloga Elena Barraquer.

La edad es uno de los factores que influyen en la sequedad ocular

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El ojo seco surge por escasez de lágrimas o porque estas son de mala calidad. “Cada lágrima tiene un componente acuoso, otro lipídico (grasa) y un tercero de mucinas (sustancias que ayudan a la lágrima a fijarse a la córnea). El parpadeo contribuye a que estos tres componentes se coloquen en la superficie ocular, de manera que la parte grasa se mantenga en la superficie, con el fin de evitar la evaporación del ingrediente acuoso. Varias alteraciones pueden contribuir a que la calidad de la lágrima no sea adecuada”, apuntan Elena Vecino Cordero y Arantxa Acera Osa, investigadoras en oftalmología, en The Conversation

Entre esos cambios que pueden modificar las características de la lágrima, las especialistas citan la alteración de la secreción de grasas por parte de las glándulas de meibomio, situadas en el interior de los párpados; alteraciones hormonales, o trastornos neurológicos que pueden generar disminución del parpadeo o de la secreción acuosa de la lágrima, así como “trastornos inmunológicos, ya que ciertas células de las glándulas lacrimales liberan sustancias inflamatorias que pueden alterar los terminales nerviosos de la córnea”.

Los hábitos, clave para prevenir

En cuanto a la prevención general de los problemas oculares, el doctor Fernández-Vega señala que “aunque no podemos evitar el envejecimiento, sí podemos reducir su impacto”. Apunta a la dieta como una de las herramientas para evitar la sequedad ocular. “Seguir una dieta mediterránea equilibrada, rica en verduras de hoja verde oscuro, frutas rojas y con más pescado que carne, ayuda a proteger la salud visual y previene el desarrollo o la progresión de patologías como la degeneración macular, el ojo seco y el glaucoma”, explica el especialista.

Concretamente, para la sequedad ocular, el doctor Rubén Delgado, oftalmólogo del Centro de Oftalmología Barraquer, hace una serie de recomendaciones concretas. “La hidratación adecuada es clave, beber suficiente agua es fundamental para mantener las lágrimas en niveles óptimos. La deshidratación puede empeorar los síntomas de ojo seco”. Añade también que en ambientes secos o con calefacción, “un humidificador puede ayudar a mantener la humedad en el aire, lo que previene la evaporación excesiva de las lágrimas”, y conviene evitar el uso excesivo de esos aparatos de calefacción y aire acondicionado.

Beber suficiente agua es fundamental para mantener las lágrimas en niveles óptimos 

Rubén DelgadoOftalmólogo del Centro de Oftalmología Barraquer 
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Delgado aconseja hacer descansos de las pantallas. “Es importante seguir la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies (6 metros) de distancia durante al menos 20 segundos. Esto ayuda a reducir la fatiga ocular y mejora el parpadeo, lo que facilita la distribución de las lágrimas”.  

Como mencionaba Elena Barraquer, la aplicación de lágrimas artificiales con una cierta frecuencia, unas 4, 5, 6 veces al día, es necesario. Además, si los síntomas persisten, se debe consultar a un oftalmólogo, que puede prescribir fármacos si es pertinente, como antiinflamatorios o tratamientos más específicos.

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