Llegó a Barcelona para jugar al fútbol, se desmayaba al ver una gota de sangre y su mentor, el doctor José García Cugat, que luego sería su suegro, le reorientó hacia su verdadera vocación: “Olvídate de la arquitectura, tu futuro está en la medicina”. Desde 1979 mantiene un puente con Harvard, ha visto nacer y evolucionar la artroscopia y ha operado desde campeones de Champions hasta niños de familias humildes.
En su despacho, convertido en un museo del deporte, cuelgan fotos con Guardiola, Eto'o o Haaland junto a recuerdos de pacientes que marcaron su carrera. A sus 75 años, este apasionado de la medicina deportiva opera los viernes gratis para la Mutualidad de Futbolistas, investiga e impulsa a las nuevas generaciones de cirujanos. Junto a su esposa, la doctora Montserrat García Balletbó, viaja por el mundo estableciendo contactos profesionales y explorando los últimos avances médicos, con el único objetivo de ofrecer siempre lo más revolucionario y la mejor solución para los problemas de sus pacientes.
¿Cómo llegó a la medicina?
Por pura casualidad. Nadie en mi familia era médico. Llegué a Barcelona con la ilusión de jugar al fútbol y conocí al doctor José García Cugat, que sería mi mentor y, más tarde, mi suegro. Yo pensaba estudiar ingeniería o arquitectura, pero me llevó al Hospital Clínic y me convenció para matricularme en Medicina. Al principio me desmayaba al ver sangre, pero me aseguró que sería pasajero… y tenía razón. Aquella decisión cambió por completo el rumbo de mi vida.
¿Recuerda ese momento como un salto al vacío o como una revelación de su verdadera vocación?
Fue ambas cosas simultáneamente. Yo era un joven de pueblo que soñaba con el balón y, de repente, me vi en un aula de medicina, rodeado de un mundo que me resultaba extraño. El doctor Cugat vio en mí algo que yo aún no conocía y me empujó hacia un camino que, con el tiempo, se convirtió en mucho más que una profesión, en mi verdadera pasión y en la gran felicidad de mi vida.
¿Y qué pasó después al convertirse en médico?
En 1979 crucé el Atlántico rumbo a Harvard, en Boston, y allí conocí al profesor Zarin, quien me abrió las puertas a la cirugía artroscópica, una técnica revolucionaria que en España aún era desconocida. Aquella experiencia no solo transformó mi manera de operar, sino también mi visión de la medicina. Desde entonces mantengo un vínculo constante con Harvard, participando en cursos, investigaciones y proyectos que han marcado mi trayectoria.
¿Qué encontró allí que aquí no existía?
La artroscopia. En Boston vi cómo trataban meniscos, cartílagos y ligamentos con una precisión mínima en invasión y máxima en resultados. Desde entonces defiendo técnicas menos invasivas, con rehabilitaciones más rápidas, menos dolor y mejores resultados.
Llegué a Barcelona con la ilusión de jugar al fútbol y conocí al doctor José García Cugat, que sería mi mentor
Tras décadas tratando a la élite deportiva, ¿qué le ha enseñado el deporte sobre la conexión mente-cuerpo?
Que no hay cuerpo sano sin una mente en paz. Una lesión física siempre arrastra un impacto emocional: miedo, incertidumbre, dudas sobre el futuro. Nuestro trabajo no termina en el quirófano; debemos acompañar al paciente también en lo emocional, a menudo junto a psicólogos deportivos. Solo cuando sanan el cuerpo y la confianza, el regreso es verdaderamente completo.
¿Qué diferencias observa entre la recuperación de un deportista de élite y uno amateur?
La gran diferencia es la presión. Un profesional vive bajo el escrutinio de cámaras, contratos y calendarios implacables. Un amateur, aunque sufra igual, suele disponer de más tiempo y menos focos encima. Aun así, dedico la misma precisión y entrega al campeón de Champions que al jugador de barrio. La medicina no entiende de categorías.
No hay cuerpo sano sin una mente en paz
¿Cómo maneja la presión mediática y familiar al operar a personalidades públicas del deporte?
La presión es intensa y viene de todos lados: familias preocupadas, clubes con intereses, representantes inquietos, medios especulando. Todos repiten la misma pregunta: “¿Cuándo volverá a jugar?”. Mi respuesta es siempre la misma, abstraerme del ruido y centrarme en lo único que importa, la salud integral del paciente. La técnica no cambia por la fama, cambia por las necesidades médicas de cada persona.
Su consulta recibe también a famosos no relacionados con el deporte…
Sí, y siempre bajo la máxima discreción. Hemos atendido a políticos, empresarios y rostros conocidos del arte y el espectáculo que han confiado en nuestro equipo. La técnica y el cuidado son idénticos para mí, no hay distinción, la meta es siempre devolver calidad de vida, sea a un presidente o a un paciente anónimo.
¿Podría compartir alguna anécdota memorable con personalidades VIP?
En la boda de una hija del Rey emérito, la esposa de un expresidente del Gobierno sufrió una lumbociática aguda que la dejó inmovilizada. Barcelona estaba blindada por el evento, pero crucé la Diagonal escoltado hasta el hotel. Con una infiltración precisa, pudo asistir al banquete impecable. Nadie supo nada, y para mí fue la satisfacción de resolver una emergencia con eficacia… y absoluta discreción.
¿Hay alguna historia anónima que le haya marcado especialmente?
Muchas, pero le explico una que recuerdo con mucho afecto. Un niño de 12 años llegó a la consulta con su hermana, ya que sus padres habían fallecido, y traía un húmero fracturado por un tumor benigno. Vivía con ella y su abuela. Le operamos sin cobrar honorarios. El último día apareció con una caja de zapatos: “No tengo dinero, pero le regalo a mis campeones” —dos palomas mensajeras, su mayor tesoro—. Le pedí que se las quedara, pero insistió. Las liberamos en casa… y decidieron quedarse. Hoy, sus descendientes siguen volando por mi jardín.
En la boda de una hija del Rey emérito, la esposa de un expresidente del Gobierno sufrió una lumbociática que la dejó inmovilizada. Barcelona estaba blindada por el evento, pero crucé la Diagonal escoltado hasta el hotel
Su vínculo con Pep Guardiola es muy conocido. ¿Cómo es hoy su colaboración con él y el Manchester City?
Seguimos trabajando estrechamente con el equipo médico del Manchester City. Viajamos con regularidad allí para compartir protocolos, criterios y avances terapéuticos. En medicina deportiva, sumar experiencias y visiones distintas es clave para lograr lo esencial, que es cuidar al máximo la salud y el rendimiento del jugador.
En estas dos últimas décadas, ¿cuáles diría que son los avances más transformadores en cirugía deportiva y medicina regenerativa?
La revolución ha sido doble, por un lado, técnicas cada vez más menos invasivas y el salto a la biología regenerativa. En lesiones de cartílago utilizamos plasma rico en plaquetas (PRP) desde hace 24 años, con resultados sólidos que, en muchos casos, retrasan la necesidad de una prótesis. El PRP, obtenido de la propia sangre del paciente, estimula la regeneración de cartílago, tendones y hueso aprovechando los mecanismos naturales de reparación. Lo combinamos con artroscopia avanzada y técnicas de realineación ósea para preservar la articulación el máximo tiempo posible. También investigamos células madre no expandidas, que podrían aprobarse pronto en España, como apoyo biológico. La meta es clara, que la prótesis sea siempre la última opción.
La revolución ha sido doble, por un lado, técnicas cada vez más menos invasivas y el salto a la biología regenerativa (...). La meta es clara, que la prótesis sea siempre la última opción
¿Por qué las mujeres sufren más lesiones de ligamento cruzado?
Se trata de un fenómeno multifactorial: diferencias anatómicas, menor fuerza relativa del cuádriceps y factores hormonales. En nuestras estadísticas, por cada lesión en un hombre vemos unas 2,7 en mujeres. Con el auge del fútbol femenino, estas lesiones se han hecho más visibles y demandan programas de prevención adaptados a sus características, con especial énfasis en el entrenamiento de fuerza y la estabilidad articular.
Dedica los viernes a operar gratuitamente para la Mutualidad de Futbolistas…
Es mi manera de devolver al deporte todo lo que me ha dado e influir directamente en la vida de miles de niños y jóvenes federados, el verdadero futuro del fútbol. Atendimos más de 26.000 lesiones el último año. Las roturas de ligamento cruzado han pasado de 900 casos anuales a alrededor de 1.400, y cada intervención es una oportunidad para que esos deportistas vuelvan a soñar en el campo.
¿En qué consiste la filosofía de la “Escuela Cugat”?
La integran 30 médicos especializados en rodilla, columna, tobillo y mano, formados bajo un mismo principio: precisión quirúrgica, máxima preservación articular y un trato humano impecable. Aspiro a que me superen en conocimientos y destrezas; porque el legado más valioso no son las cirugías que uno realiza, sino el conocimiento que deja en las manos de las próximas generaciones.
¿Qué hábitos son clave para mantener articulaciones sanas a los 60, 70 u 80 años?
La receta es sencilla, pero exige disciplina: moverse cada día —caminar, ir en bici, nadar o hacer ejercicio en el agua—, vigilar el peso para no sobrecargar las articulaciones, mantener todo el rango de movimiento y, sobre todo, fortalecer el cuádriceps. No hay rodilla sana sin un cuádriceps fuerte. La prevención, bien hecha, siempre gana a cualquier tratamiento.
Ramon Cugat, fisioterapeuta..
¿Quién se lesiona más: el sedentario o el que practica ejercicio excesivo?
Ambos extremos son perjudiciales para las articulaciones. El cartílago se nutre mediante el movimiento del líquido sinovial, por lo que necesita actividad regular pero moderada. Ni el sofá ni la obsesión deportiva son saludables. La clave está en la regularidad, el sentido común y escuchar las señales del cuerpo.
¿Qué papel juega el trabajo de fuerza en la prevención de lesiones?
Es clave, siempre que se haga con inteligencia y progresión. Un músculo fuerte actúa como un escudo para las articulaciones, mientras que el exceso de grasa las sobrecarga. No se trata de pasar horas en el gimnasio, sino de ser constante y cuidar la técnica. Un plan bien diseñado vale más que cualquier entrenamiento agotador.
¿Qué actividades le apasionan fuera del ámbito médico?
Tengo una gran pasión por la jardinería, en especial por las palmeras. He plantado decenas tanto en mi casa como en mi pueblo natal, en el Delta del Ebro. Cuidarlas, ver cómo crecen y forman parte del paisaje es para mí una fuente de calma y conexión con la naturaleza.
Un músculo fuerte actúa como un escudo para las articulaciones
¿Cómo cuida su propia salud y bienestar?
Duermo lo necesario, aunque depende de la demanda profesional, y procuro mantener una alimentación equilibrada. Nunca he fumado ni consumido alcohol. Practico ciclismo regularmente y camino siempre que mi agenda lo permite.
¿Qué proyectos le generan más ilusión actualmente?
Continuar operando para la Mutualidad de Futbolistas, especialmente casos complejos de niños con lesiones graves, y mantener vivo el intercambio de conocimientos con colegas internacionales. También me motiva seguir investigando en medicina regenerativa y formar a la próxima generación de cirujanos. Cada caso es una oportunidad de aprender y mejorar.
¿Tiene planificada alguna fecha de jubilación?
Rotundamente no. Mi plan es llegar a los 100 años, sentarme tranquilamente y evaluar si sigo trabajando o me retiro (sonríe). Mientras pueda aportar valor, conocimiento y ayudar a mis pacientes, continuaré activo. El día que sienta que no contribuyo positivamente, me retiraré con dignidad. La edad es solo un número si la pasión permanece intacta.
Conserven la curiosidad como motor vital, es el músculo intelectual que sostiene todos los demás
¿Cómo le gustaría envejecer y qué define un envejecimiento exitoso?
Con proyectos vitales que me mantengan activo y comprometido. Envejecer no significa cumplir años, sino quedarse sin ilusiones ni motivaciones. Mientras exista un caso médico que resolver, un artículo científico que leer o una palmera que plantar, seguiré en movimiento.
¿Cuál sería su recomendación para las personas mayores?
Manténganse activos diariamente, cuiden escrupulosamente su peso corporal, fortalezcan el cuádriceps, respeten los tiempos de recuperación y utilicen la medicina biológica con criterio científico. Pero, sobre todo, conserven la curiosidad como motor vital, es el músculo intelectual que sostiene todos los demás. La mente activa es la mejor medicina preventiva que existe.






