Si tienes más de 40 y tuviste que agrandar la letra del WhatsApp para poder leerla, o cada vez que te enfrentas a un menú de un restaurante o el prospecto de un medicamento tienes que alejarlo y entrecerrar los ojos para “enfocar” mejor, la presbicia puede estar tocando a tu puerta. De la consulta oftalmológica, probablemente salgas con la prescripción de gafas, la solución más común. Pero no la única.
Lentes de contacto, cirugía y hasta tratamientos farmacológicos integran el abanico de opciones alternativas a las gafas. Esa última opción, la del tratamiento farmacológico, se encuentra en expansión. Hace unos días, la FDA autorizó en Estados Unidos unas nuevas gotas para la presbicia, las primeras basadas en aceclidina (bajo el nombre VIZZ, del laboratorio LENZ Therapeutics).
Este principio provoca una miosis leve que favorece el achicamiento de la pupila, lo que produce un efecto estenopeico que ayuda a mejorar la visión de cerca sin distorsionar la lejana. Es decir, logra ese efecto que buscamos al entrecerrar los ojos o como cuando miramos a través de un agujero pequeño.
¿Representan las gotas para la presbicia un cambio de paradigma en el tratamiento? ¿Cuán duradera es la solución que ofrecen? ¿Puede usarlas cualquiera que tenga este problema de la visión? ¿Tienen efectos adversos? ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Se pueden alternar con el uso de gafas o lentes de contacto? Responden especialialistas que hemos consultado.
¿Qué es la presbicia?
“La presbicia es un cambio natural de la visión que aparece con la edad. Ocurre porque el cristalino, la ‘lente interna’ del ojo, pierde elasticidad y ya no logra cambiar su poder para enfocar de cerca”, explica Betty Arteaga, médica oftalmóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires.
“Por eso, a partir de los 40 o 45 años, leer el móvil, un libro o la carta de un restaurante se vuelve un desafío sin la ayuda de gafas”, añade. “No es una enfermedad”, sino parte del proceso normal de envejecimiento, que progresa con el paso del tiempo.
A partir de los 40 o 45 años, leer el móvil, un libro o la carta de un restaurante se vuelve un desafío sin la ayuda de gafas
Gotas para la presbicia: ¿cambio de paradigma o una opción más?
Hasta hace poco, las únicas ayudas eran las gafas, los lentes de contacto multifocales o, en casos puntuales, las cirugías, planteó Arteaga. Sin embargo, desde hace algunos años, el enfoque farmacológico, que incluye a las gotas oftálmicas, está despertando un creciente interés.
El primer antecedente científico internacional que expresó y demostró la posibilidad de realizar la modulación farmacológica de la presbicia fue publicado en 2012 por el oftalmólogo Jorge Benozzi, uno de los cuatro tripulantes que desapareció en agosto de 2014 a bordo del velero Tunante II, a la altura de Río Grande do Sul, Brasil. Su hija Giovanna y el grupo que lideraba continuaron las investigaciones “llevando al nivel más alto de evidencia científica este tratamiento, con estudios claros de seguridad y eficacia, validados por pares”, enfatiza el oftalmólogo Rodrigo Martín Torres, director de la revista Oftalmología Clínica y Experimental, la publicación científica del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO).
Lo que está sucediendo actualmente, es simplemente que se está industrializando algo que conceptualmente lleva más de dos décadas descubierto
Por lo tanto, consideró que “lo que está sucediendo actualmente, es simplemente que se está industrializando, algo que conceptualmente lleva más de dos décadas de haber sido descubierto y que se está utilizando”. “La diferencia fundamental que sí se les puede reconocer a las nuevas gotas es que facilitan el acceso general y abren la posibilidad para que este tipo de opciones terapéuticas se puedan popularizar”, mantiene.
“Prácticamente la presbicia ocurre en el 100% de la población. Es un proceso natural que impacta en la vida diaria. Ver con nitidez de cerca es clave para leer, usar el celular, cocinar, trabajar o simplemente disfrutar del día a día. Esta nueva opción para el manejo de la presbicia representa una gran alternativa: práctica y eficiente”, afirmó la médica oftalmóloga cirujana Pilar Nano en un comunicado de prensa distribuido por Elea.
Los laboratorios que fabrican las gotas aprobadas por la FDA, conocidas como VIZZ, tienen previsto comenzar a comercializarlas en Estados Unidos en los últimos meses de 2025. Para venderlas en Europa deben solicitar la autorización de la EMA, la Agencia Europa del Medicamento.
¿Cómo se usan las gotas para la presbicia?
Las gotas se aplican una vez por día (una gota en cada ojo), preferentemente por la mañana. El efecto es que reducen el diámetro pupilar, precisó Arteaga. “Es importante destacar que estas gotas no corrigen la presbicia, sino que mejoran la agudeza visual cercana en forma temporal, siempre dependiente de la aplicación de la medicación”, recalcó.
Como si se tratara del carruaje de la Cenicienta, que se vuelve calabaza después de la medianoche, una vez transcurrido el tiempo de acción, el efecto se extingue. ¿Cuánto dura? Las VIZZ prometen hasta 10 horas.
¿Quiénes pueden utilizarlas?
Las gotas para la presbicia se expenden bajo prescripción médica, no son de venta libre. “Antes de comenzar este tipo de tratamiento es imprescindible una consulta médica oftalmológica, para evaluar si son adecuadas según la edad, la salud ocular y las necesidades visuales de cada persona”, advirtió Arteaga. Y señaló que si bien “abren un nuevo camino farmacológico”, deben entenderse “como una herramienta más” dentro de las opciones disponibles: “La elección del tratamiento ideal debe ser individualizada y guiada por el médico especialista en oftalmología”.
“Este lanzamiento amplía el arsenal terapéutico de los oftalmólogos. Es una opción pensada para quienes desean reducir el uso de gafas o no quieren operarse. Pero debe ser indicada por un profesional, ya que requiere evaluación oftalmológica previa”, dice Ana Azara, gerente médica del laboratorio Elea.
Es una opción pensada para quienes desean reducir el uso de gafas o no quieren operarse. Pero debe ser indicada por un profesional
En la misma dirección, Torres consideró que las gotas para la presbicia son “una opción más, con fortalezas y limitaciones, que deberá ser evaluada de manera personal por el médico que atienda a cada paciente”. ¿Para qué se va indicar? ¿En qué momentos? ¿Para qué tareas? ¿Con qué limitaciones? Son algunas de las preguntas que debería plantearse un profesional antes de indicarlas, dijo.
No obstante, señaló que los candidatos a recibirlas son personas emétropes o hipermétropes leves que no tengan astigmatismo altos. “Esto es lo básico, pero luego cada médico oftalmólogo deberá considerar muchos otros aspectos, como la superficie ocular, la presión intraocular y el estado del fondo del ojo, más allá del deseo y expectativas del paciente. Se pueden alternar con el uso de gafas y utilizar las gotas para actividades puntuales o algunos días por semana, pero eso también depende de la indicación médica específica.”
La clara ventaja frente a las gafas es disminuir su dependencia, evaluó Torres. Y en relación con la cirugía, que se trata de un procedimiento reversible, con menos riesgos potenciales. No obstante, aunque poco invasivo, las gotas no dejan de ser un tratamiento médico, “con posibles interacciones no solo oftálmicas sino sistémicas y con posibles efectos adversos”, señaló el oftalmólogo.
La presbicia es un problema de visión asociado a la edad.
Gotas para la presbicia: ¿qué efectos adversos tienen?
Sobre este punto, Torres admitió que es difícil generalizar, porque hay diferentes tratamientos farmacológicos para la presbicia. Y sobre la aceclidina, aunque fue aprobada por la FDA, “la comunidad científica no dispone de la evidencia clínica suficiente” que permita expresar no solamente qué tan bien funciona, ni cuáles son sus efectos adversos (“deberemos esperar a la publicación de estudios revisados por pares”).
No obstante, señaló que los más frecuentes de este tipo de tratamientos son la irritación ocular crónica (conjuntivitis tóxico-medicamentosas), fenómenos de alergia que inclusive pueda afectar la región periocular (párpados), cefaleas, afectación de la visión periférica (si el tratamiento farmacológico se centra en achicar la pupila, podría llegar a ser incluso peligroso para la conducción de cualquier vehículo o realizar tareas de precisión, alertó).
“Por eso es tan relevante observar qué estudios se han realizado, en qué situaciones (no es lo mismo de día que de noche). Nuevamente, el único tratamiento farmacológico para la presbicia, del que contamos con muchos años de experiencia, nos expresa que es seguro y eficaz, pero siempre bajo indicación, supervisión y seguimiento médico”, afirmó Torres.





