Jasone Molina, geróntologa: “Es importante que el rol de abuelos no sustituya a todos los demás, hay que encontrar el equilibrio;  también depende de si ejercer es una decisión elegida o impuesta”

Longevity

Nadie llega a centenario si no es porque tiene una razón para levantarse cada mañana; Jasone Molina, educadora social, gerontóloga, defiende la importancia de tener un propósito para disfrutar de una vida larga y plena

Jasone Molina, geróntologa.

Jasone Molina, geróntologa. 

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Con un enfoque humanista y un discurso que toca con los pies en la tierra, la educadora social gerontóloga, Jasone Molina (Bizcaia, 1972), analiza con detalle la importancia de identificar y perseguir el propósito de vida de cada uno con el objetivo de sumar años de calidad a nuestras biografías. Cada persona debería hallar su propósito, el de Molina es “motivar a las personas mayores y a sus familiares para que la vida siga teniendo sentido, propósito y dignidad hasta el final”. Algo que lleva haciendo desde hace 27 años, 20 de ellos en Sanitas Mayores Barakaldo. Y es que lo suyo es auténtica vocación.

Una motivación que nace la pasión que siente por su trabajo, y que ella misma reconoce que es lo que hace que se levante cada mañana con ganas de más. Un sentimiento que disfruta contagiando a otros profesionales, razón por la que también imparte formaciones en centros sociosanitarios y colabora con la Fundación Cuidados Dignos, Fortek o Femarec, entre otras entidades. Molina defiende con profunda convicción que las personas mayores no son “receptores pasivos”, sino protagonistas capaces de decidir, aprender cosas nuevas, reír y mantener su autonomía lo máximo posible. Además, cree que la longevidad es una conquista social que viene acompañada de nuevos retos y oportunidades, como la de poder acompañar más y mejor. 

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En sus redes sociales asegura que la longevidad no solo depende de la salud y de la genética, sino que también está relacionada con tener un propósito en la vida…. ¿Cómo llega a esa conclusión?

Hay una frase del libro El Principito (Antoine de Saint-Exupéry, 1943) que suelo utilizar en mis formaciones y que responde a la pregunta que me haces. “Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Primero, has de evocar en los hombres el anhelo del mar libre y ancho”. La vida no se trata solo de sumar años, sino de llenarlos de sentido. Sin motivación, incluso el cuerpo se resiente. Necesitamos un “para qué” fuerte, para encontrar las fuerzas para seguir adelante.

¿Cuáles son esos ‘para qué’ que nos levantan cada mañana de la cama?

Un ejemplo inspirador son las llamadas zonas azules, regiones del mundo donde la gente vive más y mejor. Allí, la longevidad no solo se explica por la dieta o el ejercicio, sino porque las personas mantienen un rol social activo: cuidan de los demás, siguen aprendiendo y participan en la comunidad. Su propósito les mantiene en movimiento. Mis padres tienen 80 años y tienen una vitalidad y energía admirables. Se levantan temprano, y lo primero que hacen es dar un largo paseo para comprar el pan, dejando aparcado el coche. Ni la lluvia ni el frío hacen que se queden en casa. Siempre tienen entre manos un proyecto y, cómo no, quedan con amigos para salir y divertirse. Hoy en día existen muchas asociaciones y entidades, también locales, que promueven el envejecimiento activo (Mayores en Activo, SECOT, Red de Paseantes de la Cruz Roja, Nagusilan, Argibe, etc.), así como universidades, escuelas oficiales de idiomas, grupos de montaña… Para seguir en movimiento con la mayor calidad de vida y acompañados.

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Esa motivación, ¿va cambiando con los años?

Sí, claro que cambia con el tiempo. El propósito evoluciona con nuestras etapas vitales y necesidades. En la niñez o en la juventud no tenemos ni los mismos valores ni las mismas necesidades o deseos. Y, por supuesto, lo que vale para una persona, puede no resultar en otra. Además, la historia de vida de cada persona, la adaptación a los cambios en el desarrollo humano y la resiliencia, son determinantes.

Más allá de las circunstancias que modulan nuestro propósito de vida, ¿cree que también nosotros deberíamos revisarlo cada cierto tiempo?

Sin duda debemos hacerlo, resetearnos. Esto nos ayuda a adaptarnos según las nuevas realidades físicas, emocionales o sociales. Adaptarse es parte de seguir creciendo. No olvidemos que envejecemos desde que nacemos. Aunque la palabra “envejecer” pueda producir rechazo, hay que abrazarla, es una etapa más de la vida, que puede incluir o no la longevidad (vivir una vida larga y saludable).

Unas veces, somos nosotros los que le decimos a la vida que queremos cambiar de rumbo, y otras parece que es ella la que nos invita a hacerlo…

Sí. En ocasiones, la vida nos ofrece pistas evidentes: una enfermedad, una pérdida, un cambio laboral. Otras veces son más sutiles: una sensación de vacío, aburrimiento o inquietud. Escuchar esas señales es clave para no vivir en piloto automático.

No olvidemos que envejecemos desde que nacemos; aunque la palabra “envejecer” pueda producir rechazo, hay que abrazarla

Jasone MolinaGeróntologa
Jasone Molina.

Jasone Molina, en consulta .

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No son pocas las personas que olvidan su propósito, y otras, incluso, nunca lo han tenido. ¿Qué preguntas clave deberíamos hacernos definirlo?

Algunas preguntas útiles son: ¿Qué me hace sentir vivo/viva? ¿Con qué actividad disfruto tanto que parece que el tiempo “vuela”? ¿Cómo puedo ayudar a los demás desde mi conocimiento y experiencia? ¿Qué sueños me quedan por cumplir?

En la actualidad, el día a día de muchas personas mayores es cuidar de sus nietos. ¿Cree que eso dificulta llevar a término su propósito de vida?

No necesariamente. Cuidar de los nietos puede ser una fuente de energía e incluso una oportunidad para quienes no tuvieron tiempo de estar con sus hijos/hijas. Depende de si es una decisión elegida o impuesta; o si se realiza puntual o diariamente. Lo importante es encontrar el equilibrio, que ese rol de abuelo no sustituya todos los demás, sino que se combine con tiempo personal, descanso y proyectos propios.

Los nietos, y la familia en general, son importantes para una longevidad saludable…

Sí, la familia es un pilar esencial. Nos da amor, seguridad y razones profundas para seguir adelante. Incluso en la vejez, sabernos necesitados y valorados por la familia refuerza nuestro propósito.

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¿Cómo valora los lazos de amistad?

Tanto las relaciones personales como las familiares son fundamentales. Generalmente, la familia apoya esos proyectos de vida elegidos, mientras que las amistades participan activamente en los mismos.

La convivencia en pareja también condiciona…

Sí, la pareja es un motor poderoso. Compartir proyectos, retos y alegrías con alguien cercano multiplica la motivación. Pero también es importante que cada miembro conserve su propio propósito, además del compartido.

¿Qué hacer cuando para alcanzar ese propósito es necesario desmantelar por completo nuestra vida anterior?

Es un proceso difícil, pero a veces necesario. Requiere valentía. Implica salir de esa zona de confort y aceptar la incertidumbre. Pero al final, está el crecimiento y la autenticidad cuando alcanzamos ese logro, ese propósito. No obstante, ese objetivo no es algo que brote de forma espontánea al final, en la vejez, sino que suele haber estado latente.

Compartir proyectos con alguien cercano multiplica la motivación, pero también es importante que cada miembro de la pareja conserve su propio propósito

Jasone MolinaGerontóloga
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¿Cree que hacer realidad nuestro sueño debe estar por encima de todo o hay alguna “línea roja”?

La línea roja es el respeto a la vida y a los demás. Un propósito no puede construirse dañando a otros ni olvidando el autocuidado. El equilibrio entre lo personal y lo colectivo es lo que le da sentido real. De hecho, existen investigaciones acerca de cómo la gratitud es un buen paracaídas para una buena vida.

¿Cree que esas investigaciones sobre la calidad de vida son el reflejo del creciente interés que hay en la actualidad sobre el envejecimiento saludable?

Sí. Cada vez hablamos más de longevidad, bienestar y envejecimiento activo. La sociedad está aprendiendo que no se trata solo de prolongar la vida, sino de hacer que esos años sean plenos, dignos. ¿Sabes de dónde viene la palabra “digno”? Del latín “dignus”, que significa valioso, valiosa. Así es como debemos ver la vida y cuidarnos y cuidarla para el resto. Solo hay una.

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