Si alguna vez has pasado una noche escuchando los suspiros entrecortados y los pequeños gemidos de tu bebé congestionado, sabes lo desesperante que puede ser. Los bebés, con sus diminuta nariz obstruida se enfrentan a grandes desafíos para respirar y dormir cuando los resfriados invernales atacan. Por suerte, hay soluciones que pueden aliviar tanto a tu pequeño como a ti.
Motherly, la plataforma digital diseñada para acompañar a las familias desde la concepción hasta la universidad, tiene como misión ofrecer respuestas sencillas y apoyo constante para estos días de invierno. Esta temporada trae consigo más que días fríos: también llega con virus estacionales que atacan el sistema inmunitario en desarrollo de los más pequeños. Además, la calefacción en interiores reseca el aire, lo que irrita las vías respiratorias y genera acumulación de mucosidad. Factores como el polvo, la caspa de mascotas o productos perfumados también pueden contribuir al problema.
Dado que los bebés pequeños son respiradores nasales obligados (dependen de su nariz para respirar mientras se alimentan), la congestión puede interrumpir no solo el sueño, sino también la alimentación. Esto hace que mantener despejadas esas diminutas vías sea una prioridad para los padres.
Consejos para aliviar la congestión de tu bebé
1Usa un humidificador: mantén el nivel de humedad entre el 30% y el 50% para evitar que las vías respiratorias se sequen. Los modelos de vapor frío son más seguros para los bebés. Asegúrate de limpiarlo a diario para evitar la proliferación de moho y bacterias.
2Controla la temperatura de la habitación: un rango de 20–22 °C es ideal. Evita sobrecalentar el espacio, ya que el aire caliente puede resecar aún más el ambiente. Viste al bebé con ropa de dormir ligera y transpirable.
3Gotas salinas y aspiradores nasales: las gotas ayudan a aflojar la mucosidad. Después, utiliza un aspirador o perilla para extraerla suavemente. Este proceso puede repetirse antes de las comidas o antes de acostar al bebé. Son las alternativas a los descongestionantes, que no son recomendables para los menores de dos años.
4Usa bálsamos específicos para bebés: algunos ungüentos suaves con lavanda o eucalipto pueden ayudar, pero evita productos con mentol, ya que pueden ser irritantes para los pequeños.
5Baños tibios o terapia de vapor: relaja al bebé y, gracias al vapor, despeja las fosas nasales. Si no es hora del baño, puedes sentarte con tu bebé en un baño lleno de vapor durante 10-15 minutos antes de acostarlo.
Aunque la mayoría de los casos de congestión pueden manejarse en casa, hay señales de alerta que requieren atención médica: fiebre alta, dificultad para respirar o respiración acelerad, tos persistente o signos de deshidratación, cambios significativos en el comportamiento o letargo o la congestión que dura más de 10–14 días. Estas situaciones podrían indicar problemas más graves como bronquiolitis o infecciones respiratorias. Si tienes dudas, confía en tu instinto y contacta con tu pediatra.


