La historia pone a cada uno en su sitio. Para celebrar su 90º aniversario, la Bodega Cuatro Rayas (1935-2025), fundada en los años treinta como Bodega Cooperativa de La Seca, le encargó a Enrique Berzal de la Rosa, catedrático de historia contemporánea de la Universidad de Valladolid, que documentase la historia de la bodega, ya que mucha documentación había desaparecido durante la guerra civil, el grave incendio de los años sesenta y las sucesivas obras de ampliación de la bodega.
Y resulta que la serie de documentos desempolvados en el Archivo Histórico Provincial de Valladolid realmente reescriben la historia de la DO Rueda y de la uva verdejo. Una documentación que también nos recuerda, una vez más, la necesaria revalorización del papel de las cooperativas en la historia del vino español. Más aún en este caso.
Historia de la bodega, con algunos de los primeros trabajadores
Para celebrar su 90º aniversario, la Bodega Cuatro Rayas (1935-2025), fundada en los años treinta como Bodega Cooperativa de La Seca, le encargó a Enrique Berzal de la Rosa que documentase la historia de la bodega
Rueda, líder del vino blanco español
Nadie en los años setenta podía imaginar que se podían poner de moda los vinos blancos jóvenes, frescos y afrutados. Menos aún, elaborados en la zona de Rueda y con la variedad verdejo. Pero el tiempo ha dado la razón a la cooperativa. La DO Rueda hoy presume de 118 millones de botellas vendidas, es la segunda denominación de origen de vino en España y líder indiscutible del vino blanco español, con más del 43% del mercado nacional.
Pero ¿cuáles han sido las claves de este éxito? Muchas veces se destaca el impulso de Marqués de Riscal, que a inicios de los setenta buscaba una región para elaborar sus vinos blancos y apostó por la zona de Rueda. Sin duda, fueron pioneros en el nuevo estilo de vinos blancos, frescos y afrutados, asesorados por enólogos de Petaluma (Australia), apostando por la verdejo, introduciendo la sauvignon blanc en la zona de Rueda (1974) e impulsando la creación de la Denominación de Origen Rueda (1980).
Fachada de la bodega
Sin embargo, la documentación aportada por el historiador Enrique Berzal de la Rosa muestra raíces mucho más profundas. Durante siglos, en la zona de Rueda dominaron las variedades viura y palomino, y la variedad verdejo era minoritaria. Los vinos más famosos eran los dorados, afamados desde el siglo XV, luego conocidos como finos y amontillados, por sus crianzas bajo velo de flor y en soleras, al estilo de algunos vinos andaluces. Su distribución incluso se incrementó en los siglos XVIII y XIX, cuando a los mercados del norte de España se sumaron las exportaciones a Francia, Inglaterra y las colonias españolas, sobre todo a Cuba. Hasta la plaga de la filoxera (1884), que arrasó prácticamente todo el viñedo, sustituyendo la viña por los cereales, que precisan menos mano de obra, generando una gran ola de desempleo y emigración.
Triple apuesta: cooperativismo, DO y Verdejo
La recuperación llegó con el movimiento cooperativista, cuando los viticultores unieron sus esfuerzos. La gran época de impulso de las cooperativas españolas fue el período entre guerras (1919-1939), cuando se fundó la cooperativa de La Seca (1935), agrupando la mayor parte de los viticultores de la zona.
Personal de la bodega
Eran tiempos de la Segunda República (1931-1939), con su reforma agraria, nueva legislación del vino y la definición de las Denominaciones de Origen con el nuevo Estatuto del Vino (1932), que ya reconocía la Denominación de Origen Rueda (1932) e incluso la constitución del Consejo Regulador de Rueda (1933).
Sin embargo, el inicio de la Guerra Civil (1936-1939) y la larga posguerra dejaron la Denominación de Origen en una agónica espera de cuatro décadas, hasta que se constituyó la DO Rueda (1980). Ahora sabemos que fue la cooperativa de La Seca quien estuvo reclamando la Denominación de Origen durante cuatro décadas. De hecho, pedían su aprobación para la cosecha de 1946. Y ya apostaban por la verdejo, y eso no era fácil, porque el 84% de la uva era palomino, y solo el 15% verdejo.
La DO Rueda es una de las más conocidas en todo el mundo
Hay un documento de la cooperativa de 1949 que ya apunta la apuesta por “nuestra extraordinaria uva verdeja”. Y en el periódico El Norte de Castilla, en mayo de 1956, el presidente de la cooperativa ya manifestaba que “el reto más acuciante es la creación de la Denominación de Origen… somos partidarios de ella porque somos los precursores de la idea. Hace muchos años que llevamos luchando por conseguirlo”.
Quizás el documento más claro y visionario es la memoria anual de la cooperativa de 1956: “toda nuestra riqueza, todo nuestro prestigio y todo nuestro porvenir vinícola está supeditado a la conservación e intensificación de la vinífera verdejo”. Con una visión más amplia que su propio municipio, con “la imperiosa necesidad de centralizar en nuestra organización toda la uva verdeja de la zona, sea del pueblo que sea”.
La Bodega Cuatro Rayas está ubicada en La Seca, Valladolid
Nuevo estilo de vinos blancos de Rueda
El punto de inflexión fue definir un nuevo estilo de vinos blancos, más adaptados a los nuevos gustos del mercado. En 1975 fue clave la llegada a la cooperativa del enólogo Ángel Calleja, que definió ese nuevo estilo de vinos jóvenes, frescos y afrutados. En 1976 nació el primer vino blanco joven con el nombre de Solera Pálido, cien por cien verdejo, que en ese momento era muy minoritaria. En 1978 cambió su nombre a Verdejo Pálido, más descriptivo, porque destacaba la verdejo y porque no tenía crianza en solera. Pero no podían apropiarse del término genérico de la variedad verdejo. Entonces pensaron el nombre Cuatro Rayas, fácil de recordar, inspirado en el Pago de las Cuatro Rayas, dónde históricamente han estado los mejores viñedos de verdejo, entre cuatro términos municipales: Medina del Campo, Rueda, Rodilana y La Seca.
Cuando la cooperativa dio con el nuevo producto, entonces empezó la revolución de las estructuras del viñedo y la bodega: la separación de variedades, la plantación de la verdejo, la implantación del cultivo en espaldera, la vendimia mecanizada, la planta de embotellado, las sucesivas ampliaciones de la bodega, la constitución formal de la DO Rueda (1980) y sobre todo la revolución del mercado de los vinos blancos en España. La cooperativa lideró este proceso, hasta el punto de que en 2012 embotellaban 50 marcas propias. En 2013 incluso dejaron de embotellar 1,5 millones de botellas para otras empresas.
El espíritu cooperativo es un valor muy importante del proyecto
En 2017, cuando se jubiló el enólogo Ángel Calleja, su producción era de 17,5 millones de botellas, el 20% de toda la DO Rueda. Tiene mérito que una de cada diez botellas de vino blanco vendida en España proceda de la cooperativa de La Seca.
En 2025 ya han superado los 300 socios, las 2.500 hectáreas de viñedo y los 20 millones de botellas comercializadas. Su papel es fundamental para comprender la historia de la DO Rueda y de la variedad verdejo, incluso la historia del vino en Castilla y León, porque la DO Rueda fue la primera denominación de origen en la región, luego vinieron Ribera del Duero, Toro y las demás. Nos permite entender la trascendencia socioeconómica de las cooperativas en España. Si sumamos el trabajo directo e indirecto, Cuatro Rayas beneficia a 700 familias de viticultores y trabajadores de una treintena de pueblos castellanoleoneses. Eso sí es sostenibilidad social, económica y medioambiental.
Llanura con viñedos en la finca
