Hay algo mágico en las mesas de verano: luz, color y flores, una combinación con altas dosis de alegría y energía. Es un periodo del año en el que debemos dejar que el color hable por sí solo, con manteles vibrantes, vajillas alegres y aquellos toques florales que llenan la mesa de estilo y frescura. En esta época sugerimos crear atmósferas luminosas, dentro o fuera de la casa, y apostar por combinaciones frescas, llenas de contrastes y con ese toque natural que lo transforma todo.

Una mesa vestida con unos caminos de mesa de vivos colores
Una primera propuesta es una mesa de inspiración flamenca, con una tela amarilla y bordada de flores, adquirida en Ribes & Casals, que da una gran luminosidad al ambiente. La vajilla y los jarrones acentúan el colorido de la mesa con ese rojo que proporcionan los tomates y el chile. Tanto los platos como los maceteros se pueden encontrar en la tienda Luzio, en Barcelona.

Una de las copas vintage de Tartan & Zebra
Una segunda propuesta es una mesa vestida con unos caminos de mesa de vivos colores de la firma francesa Fragonard. Los vasos, pintados a mano, son de la firma VAC (los vasos de agua clara) y las copas vintage de Tartan & Zebra.

Una mesa de inspiración flamenca
Una tercera propuesta es una mesa en el jardín, con un mantel de la firma Lartigue de tejido de lino vasco amarillo, que contrasta con el rojo de las peonias salvajes y el azul de la vajilla de Vista Alegre.