En la cocina pueden suceder muchas cosas que acarreen un disgusto: desde cortarte con un cuchillo hasta que se te queme una elaboración. Y, al margen de estas situaciones, también hay un acto que acarrea lágrimas de forma involuntaria: cortar la cebolla.
Para evitarlo, podemos recurrir a remedios aparatosos como crearte una escafandra improvisada con una capucha y la tapa de una olla, o tal vez ponerte unas gafas de bucear. Pero lo cierto es que hay un truco de la abuela mucho más simple, sencillo y efectivo que, además, está avalado por un ingeniero en alimentos.
El remedio de la abuela para no llorar al cortar la cebolla
Desde el perfil de Instagram @curiosidadalimentaria (120 mil seguidores) el ingeniero en alimentos Tomás Gil divulga conocimientos acerca de su especialidad. En ocasiones, su abuela también aparece en sus vídeos, acercando así al público trucos prácticos para el día a día en la cocina.
En una de sus publicaciones recientes, la abuela muestra el truco de untar el cuchillo con aceite para no llorar al cortar la cebolla. Por su parte, Tomás Gil explica que este remedio funciona porque “con ese aceite, el daño que le vas haciendo a las células de la cebolla es menor” y, por consiguiente, se desprenden menos “esos compuestos volátiles que hacen que te irrite el ojo y por eso lloras, porque quedan capturados algunos por el aceite, así que es una buena técnica para llorar menos”, asegura el experto.
Por otro lado, añade además que es importante que el cuchillo esté bien afilado. De este modo, el corte es más preciso y también se reduce la agresión a la cebolla que deriva en la emisión de dichos compuestos irritantes para los ojos. “Ni una lágrima, soy como Shakira, no lloro pero tampoco facturo”, dice la abuela.
¿Por qué se llora al cortar la cebolla?
La también ingeniera en alimentos Mariana Zapién ahondó en su perfil de Instagram (@ingdetusalimentos, con 632 mil seguidores) en las razones por las cuales es común llorar al cortar la cebolla. Indicaba que, al cortar este vegetal, se rompen sus células y así se liberan unas enzimas llamadas alinasas.
“Las cebollas tienen de manera natural compuestos que contienen azufre y las alinasas son las encargadas de convertirlos en ácido sulfónico”, anotaba la especialista. Así pues, al cortar la cebolla se desencadena una reacción química, el ácido sulfónico se descompone rápidamente en un compuesto muy volátil, el sulfóxido de tiopropanal. “Este compuesto llega hasta los ojos y, al contacto con la humedad de ellos, se produce ácido sulfúrico que irrita tus ojos”, en palabras de Zapién. En consecuencia, las glándulas lagrimales producen lágrimas para calmar la irritación.
Para reducir las lágrimas al cortar cebolla, además de las recomendaciones previas de contar con un cuchillo bien afilado y untarlo con aceite, Mariana Zapién también recomienda que la cebolla esté fría antes de cortarla. Así disminuye la actividad de las alinasas y, en consecuencia, desprenden menos gases lacrimógenos al cortarlas.