Se dice que España es país de ‘simpas’. Irse sin pagar de un establecimiento está a la orden del día, sobre todo en épocas de mayor afluencia turística, como puede ser el verano. Quienes más lo sufren, empresarios del sector de la hostelería y la restauración, que tienen que ver cómo estas prácticas, consideradas una estafa, son cada vez más recurrentes.
En ocasiones esta práctica puede parecer muy sencilla cuando existen grandes aglomeraciones de gente, o aprovechando el despiste de los camareros, ocupados con otros clientes o enfrascados en sus quehaceres. Pero, ¿existe alguna circunstancia en que estos ‘simpa’ estén justificados?
¿EStá justificado hacerse un 'simpa'?
Así lo piensan unos clientes, que decidieron marcharse sin pagar de un establecimiento después de presuntamente haber solicitado a un camarero, que no les habría hecho caso. Con semejante situación se habría encontrado el profesional, que encontró una nota que los clientes dejaron, por detrás de la cuenta. “Nos vamos haciendo un ‘simpa’ porque pedimos la cuenta varias veces y…”.
Una conducta que compartía la cuenta @soycamareroo en la red social Threads, donde se ha generado un acalorado debate sobre si el comportamiento de los clientes estuvo o no justificado. “Dejan una cuenta en la mesa y al rato cuando vuelve el camarero para cobrarla, resulta que hacen un simpa y dejan detrás del ticket este mensaje, un poco de empatía, respeto y educación tanto hacia la empresa, al empleado y a nuestro trabajo”, escriben desde la cuenta.
¿Qué hacer si el camarero no atiende a las llamadas?
Muchos defendieron la postura de los clientes, alegando que hacerles esperar es ya de por sí una falta de respeto por parte del establecimiento.
“Falta de respeto es tener que esperar más de 10 minutos a que te cobren. Mi tiempo vale oro, si pido la cuenta varias veces y no me cobras, entiendo que no quieres hacerlo”, dice una usuaria. “Pedí la cuenta como 5 o 6 veces para pagar un café y un pintxo mientras los dos camareros miraban el iPad de uno de ellos y se partían de la risa. Mi tiempo también vale dinero, así que me fui y ni se enteraron”, cuenta otro.
Marcharse de un local sin pagar está considerado delito de estafa.
Una usuaria también vivió una situación similar, y cuenta cómo estuvo en una ocasión hasta 40 minutos pidiendo su cuenta, incluso levantándose y pidiendo en la barra. “El ‘ahora te la traemos' era la frase mítica durante esos 40 minutos”, cuenta, añadiendo que solo había tres mesas ocupadas en el local. “Para traer la cuenta no se movieron, pero para fumarse los pitis en la puerta sí, así que nos levantamos y nos fuimos. ¿Bien hecho? No. ¿Orgullosa? Tampoco”.
Igualmente apoyan este argumento algunos profesionales del sector. “He sido camarera y lo que me parece una injusticia es que tú no tengas el derecho a irte sin pagar si después de 30-40 minutos no te han atendido para cobrarte. Ya lo pagaste con tu tiempo, te puedes ir”, asegura.
Si te haces un 'simpa' puedes estar cometiendo un delito de estafa, con penas desde una multa en los casos leves hasta 8 años de prisión en los más graves
Otros, sin embargo, no defienden la postura de los clientes. “¿Y el cliente por qué no se para, va a la caja y paga ahí? Yo lo he hecho cuando tardan en traer la cuenta. Jamás me iría sin pagar aunque puedan dar ganas”, defiende otra usuaria.
“Yo voy hacia donde tienen la caja, y me quedo allí de pie esperando hasta que me cobren, si se demoran mucho en darme la cuenta. Hacer un simpa jamás”, añade una última, que además señala: “Y a éstos clientes les han dado la cuenta, éso lo han escrito en el reverso del ticket”.
Para quien lo desconozca, hacerse un simpa puede considerarse un delito de estafa, el cual viene recogido en el Artículo 248 del Código Penal.
“Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno”. El castigo por este tipo de actuaciones contempla la pena de prisión desde el mes a los ocho años, siempre y cuando la cuantía defraudada no sea mayor de 400 euros.
