Los bares, restaurantes y otros locales gastronómicos se suelen asociar con el hecho de pasar un buen rato en familia o junto a la buena compañía de amigos mientras se disfruta degustando comida distinta a las que se consume habitualmente en casa. Sin embargo, no todo es de color de rosa en el sector de la hostelería.
Y es que las condiciones laborales lamentables de muchos trabajadores, con jornadas interminables y constantes conflictos y discusiones entre propietarios, camareros y clientes son tan solo algunos ejemplos de los conflictos que sufren los trabajadores habitualmente en este sector.
Situaciones así seguramente se han producido desde toda la vida, pero antes solo quedaban en el recuerdo de quienes las habían vivido. Sin embargo, con la entrada de las redes sociales en el juego, hoy en día estos conflictos tienen mucha más repercusión. En ellas, los camareros han encontrado un espacio virtual donde poder dar voz a todas las injusticias a las que se enfrentan a diario. Y también los clientes.
Uno de los perfiles más conocidos que da voz a los conflictos que se dan en la hostelería es la cuenta de X (antes Twitter) Soy Camarero. Este perfil se hace eco día tras día de situaciones que le explican sus compañeros de profesión y también de clientes enfadados por malos servicios. Recientemente, el camarero detrás de este perfil, Jesús Soriano, ha difundido la reseña de una clienta tras acudir a un bar.
En su reseña, la mujer escribe: “Estábamos en el local. Cierran a a la 13. Eran la 13:14 y le han negado una Fanta de limón a un señor mayor. Entiendo que según su horario deberían estar cerrados, pero si seguían abiertos y con gente en el local, me parece una falta de empatía no querer venderle un refresco a un señor mayor en plena ola de calor”.
Reacciones en redes
“En eso nos falta muchísima educación. ¿Se cierra a la 1? A la 1 :05 todo el mundo fuera. 5 minutos de cortesía, pero si hubiera educación a la 1 no quedaría nadie”
Y los propietarios del bar no han dudado en responder a la reseña y aclarar lo sucedido: “Al señor se le ofreció la Fanta de limón para llevar y fue él quien decidió no aceptarla. Nuestro horario de atención finaliza a la 13:00 y en ese momento eran la 13:14 (como mencionas bien). Aunque vosotras aun permanecíais en el local, ya estábamos cerrados. Lamentamos que se hable de falta de empatía cuando permanecer dentro del establecimiento 14 minutos después del cierre también podría considerarse una falta de consideración hacia el personal”.