Los bares, restaurantes y otros locales gastronómicos se suelen asociar con el hecho de pasar un buen rato en familia o junto a la buena compañía de amigos mientras se disfruta degustando comida distinta a las que se consume habitualmente en casa. Sin embargo, no todo es de color de rosa en el sector de la hostelería.
Y es que las condiciones laborales lamentables de muchos trabajadores, con jornadas interminables y constantes conflictos y discusiones entre propietarios, camareros y clientes son tan solo algunos ejemplos de los conflictos que sufren los trabajadores habitualmente en este sector.
Situaciones así seguramente se han producido desde toda la vida, pero antes solo quedaban en el recuerdo de quienes las habían vivido. Sin embargo, con la entrada de las redes sociales en el juego, hoy en día estos conflictos tienen mucha más repercusión. En ellas, los camareros han encontrado un espacio virtual donde poder dar voz a todas las injusticias a las que se enfrentan a diario. Y también los clientes.
Uno de los perfiles más conocidos que da voz a los conflictos que se dan en la hostelería es la cuenta de X (antes Twitter) Soy Camarero. Este perfil se hace eco día tras día de situaciones que le explican sus compañeros de profesión y también de clientes enfadados por malos servicios. Recientemente, el camarero detrás de este perfil, Jesús Soriano, ha difundido la conversación entre el propietario de un negocio hostelero y un cliente que amenaza con poner una hoja de reclamaciones.
La conversación es del todo surrealista. Al exponer su queja, el cliente se queja de que “en las imágenes que has enviado salían parejas en un entorno idílico y romántico”. Es entonces cuando el propietario le responde que no entiende su queja, ya que pudo disfrutar de “una cena en exteriores con música en directo, bajo cientos de luces y con atención exquisita”.
A ello, el cliente le contesta: “Escúchame, en las imágenes sale una luna llena que brilla de lo redonda que es. La noche que fuimos estaba muy baja, a la mitad. No había luna llena redonda”. Atónito, el empresario le dice al cliente: “Te explicaré algo. La luna no depende de nuestro pequeño negocio. Nos gustaría tener una enorme luna llena eternamente, pero eso no depende de nosotros, como comprenderás”.
Reacciones en redes
“Por personas así es por las que en las instrucciones de las planchas pone: 'No planchar la ropa sobre el cuerpo'”
Pero el cliente sigue culpando al restaurante: “Entonces abrid solo las noches de luna llena y el resto cerrad. O avisad en un cartel que no siempre hay luna llena para no estafar a los clientes”, envía. Sin poder creer estas palabras, el empresario le pregunta: “Tú me estás vacilando, ¿verdad?”, pero el cliente lo deja claro: “Cuando recibas mi hoja de reclamaciones ya verás si vacilo o no”.