Es agosto y entre olas de calor dan más ganas de estar flotando entre olas del mar. Y en la cocina, algo ligero y marítimo, ojalá, que no te aleje tanto de la arena, el quitasol y la toalla con sabor a sal. Por eso te dejamos estas siete recetas frías con pescados y mariscos; algunos platos son de por acá, otros de por allá, pero todos son ricos, frescos y con sabor a playa.

Ensalada de tomate y sardinas en escabeche
Esta receta combina dos ingredientes exquisitos de temporada: tomates y sardinas frescas en un escabeche casero que, una vez preparado, hace que el plato sea muy sencillo y rápido de montar, ideal para un descanso del sol.

Ceviche peruano con pez ballesta
Esta preparación, inspirada en la clásica receta del país sudamericano, es muy tan ligera como sabrosa y ácida. En este caso, con un pez ballesta, que si bien su piel es dura (puedes pedirle al pescadero que la retire), es muy rico y tiene pocas espinas.

Ensalada de langostinos
En menos de media hora te puedes hacer esta ensalada cargada de fibras por las verduras y legumbres, además de la proteína y deliciosidad de los langostinos, que además se marinan en ajo, cilantro, lima y pimentón.

Gazpachuelo tradicional
Es un proceso más largo, sí; ideal para preparar al atardecer, con calma. Desde Málaga llega esta exquisita preparación que lleva rape, mayonesa de ajo y unas gambas que le dan color y mucho arte.

Causa Limeña
Gracias, de nuevo, Perú. Este es uno de los mejores entrantes que puedes hacer en el estío, con su puré frío de patatas y ají amarillo y su relleno de ensaladilla, en este caso, de algún pescado o marico desmenuzado (atún o trucha, por ejemplo), apio, cebolla y mayonesa.

Mejillones en escabeche cítrico
También en la línea de los aperitivos, estos mejillones innovan con su escabeche ácido de verduras. Lo más importante es la preparación previa: los ingredientes tienen que macerar para que se potencien e integren los sabores.

Ensaladilla con salmón ahumado
A menos que quieras ahumar el salmón, esta receta es muy sencilla y rápida de hacer, pero no por eso menos sorprendente; ese toque ahumado le da un carácter novedoso y profundo a la clásica ensaladilla.