Durante dos décadas, el Sagarra fue un refugio de cocina catalana para los vecinos del Raval: un comedor donde los parroquianos encontraban platos de siempre a precios más que contenidos. Pero aquel local privilegiado -esa maravillosa esquina de Pintor Fortuny con Xuclà, con vistas abiertas a la plaza dels Gats- no logró sobrevivir al golpe de la pandemia. Sus propietarios, Àlex Sagarra e Isabel Pressegué, intentaron negociar una moratoria del alquiler con la propiedad del inmueble, pero las conversaciones desembocaron en la rescisión del contrato y en una despedida forzada.
Con tantos metros cuadrados y a apenas dos pasos de La Rambla, cualquiera habría apostado a que el espacio acabaría convertido en una franquicia más. Pero ocurrió lo contrario. En 2023, el traspaso cayó en manos de Sergi de Meià, que decidió regresar al centro de Barcelona con una misión casi romántica: defender la memoria de la cocina catalana en uno de los epicentros del turismo masivo. Sin embargo, el proyecto no terminó de cuajar y bajó la persiana el verano pasado.
El equipo del nuevo Sagarra
Este viernes Sagarra volvió a la vida de la mano del Grup Confiteria, que ha reconvertido el espacio, con aires de bistrot francés, en una bodega con barriles de vino; mesas y sillas de acero y lámparas de diseño que aportan modernez a un local que en los tiempos de El Banquet lucía mucho más elegante y sofisticado.
Este viernes Sagarra volvió a la vida de la mano del Grup Confiteria
Cristina Pérez, que ha asesorado al Grup Confiteria en otras aperturas como La Font del Gat o el Bar Mundial, está al frente de la propuesta gastronómica. Originaria del Raval, donde nació y creció -su madre era carnicera en La Boqueria y su padre siempre trabajó en la Plaza Real- ha querido devolver al restaurante la raíz culinaria que tuvo desde sus inicios. En la carta, centrada en el tapeo, se han mantenido platos con las salsas originales que se servían hace años en el Sagarra, como la lubina con un jugo de carne que se preparaba con una reducción de chocolate.
La barra del nuevo Sagarra
Tapeo en la nueva Bodega Sagarra
También hay foie poêle o tartar de gamba blanca en montadito para abrir boca; buñuelos de bacalao, una deliciosa croqueta de pollo rustido (cocinado con ajo y tomate, que le da un sabor muy particular) o alcachofas con tomate, ahora que acaba de arrancar la temporada. “Tenemos La Boquería enfrente, muy cerca la Lonja de la Barceloneta. No tiene sentido hacer otra cocina que no sea de mercado”, dice Pérez.
También hay foie poêle o tartar de gamba blanca en montadito para abrir boca en una carta variada y dividida en cuatro apartados
La carta se divide en cuatro apartado -montaditos, tapas clásicas, platillos y charcutería (para arrancar siempre ofrecen al cliente la longaniza de Cal Rovira)-; lo que permite abarcar un clientela variada: desde el turista que quiere conocer la cocina catalana hasta el vecino del Raval que quiere picar algoun poco más avanzado (como la butifarra esparracada con yema).
Bodega Sagarra
DIRECCIÓNCarrer d'en Xuclà, 9, Ciutat Vella, 08001 Barcelona
934 30 11 76
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La bodega se despliega como un mapa diverso donde conviven vinos de aquí y de allá, pensados para quien busca desde un sorbo fácil hasta una copa con relato. Hay oranges vibrantes, blancos tensos, rosados ligeros, tintos de carácter, ancestrales juguetones y espumosos que invitan a brindar. Una selección contemporánea que mira al presente sin perder de vista ese espíritu desenfadado y cercano de los antiguos bares de vino.
