Cierre de un periodo repleto de aperturas junto a diversos ceses y traslados
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Pese al descenso del consumo en el sector hostelero, el año 2025 ofrece novedades atractivas.
Fontané, toda la gratitud en una sopa de menta
De izquierda a derecha, los gestores de Franca Gianmarco Greci, Joshua McCarty y Fran Baixas en el local, de ‘volta’ catalana, que han abierto recientemente.
Resulta sencillo entusiasmarse al realizar por estas fechas un repaso de los estrenos en la gastronomía de Barcelona. Existe dinamismo y aperturas; seguramente bastantes más de las que reflejan las imágenes que acompañan este artículo. Se trata de novedades en la propuesta de una urbe que cada temporada, habiendo pasado ya cinco años desde el impacto pandémico en el gremio, validan progresivamente ese perfil de visitantes de foodies que llegan con datos precisos sobre la actualidad culinaria. No obstante, gran parte de esos viajeros reducen su gasto y el desembolso promedio del público de casa igualmente disminuye y, de forma habitual, el ejercicio también arroja clausuras, traspasos y variaciones en los conceptos comerciales, transformaciones o mudanzas.
Esta sección destaca las transformaciones ocurridas tanto en el ámbito de la gastronomía de lujo como en los modestos locales de autor con tarifas asequibles. Pese a que la urbe ha incorporado recientemente tres establecimientos con dos estrellas y un par con su primera distinción, ha cesado su actividad el Teatro Kitchen Bar, el cual próximamente se transformará en Orobianco, con inversión rusa y el liderazgo culinario del prestigioso chef Paolo Casagrande; clausuró Oria (paseo de Gràcia, 75) dentro del Monument Hotel con el fin de renovar sus instalaciones y modificar su enfoque gastronómico. Recientemente dejó de funcionar Chez Cocó, transformado ahora en Zendra (Diagonal, 465), perteneciente al grupo de 9 Reinas; Citrus (paseo de Gracia, 44), que ha vuelto a abrir sus puertas como Circolo Popolare bajo la gestión del grupo Big Mamma, responsables asimismo de uno de los estrenos más concurridos del ejercicio, el restaurante italiano Gloria Osteria (Enric Granados, 86); terminó su etapa en Poblenou el atractivo y pequeño Gegant; y este periodo ha marcado igualmente el adiós de Aürt, de Artur Martínez, que se mudará a un emplazamiento distinto buscando un entorno más recogido que encaje con su oferta de gran excelencia. Otro de los chefs locales que ha cambiado de sede es Arnau Muñío, quien cuenta actualmente con un mostrador impresionante para la etapa renovada de su Direkte (París, 200).
Se multiplican los establecimientos que surgen de la colaboración entre colegas que compartieron fogones en proyectos de terceros. Dentro de esta categoría sobresalen inauguraciones tan llamativas como Franca (Roger de Llúria, 46), impulsada por el trío de emprendedores Fran Baixas, Gianmarco Greci y Joshua McCarty, quienes han optado por defender una tradición catalana reinventada con notable éxito; del mismo modo, Mesa Lobo (Aribau, 65) surge de la buena relación de trabajadores en otros locales, concretamente en Molino de Pez, de Nino Redruello, donde notaron que tenían afinidades y visiones comunes, lo que les llevó a inaugurar este espacio fundamentado en tres ejes: materia prima de proximidad, toques de la gastronomía francesa y matices nórdicos.
Varios de los que se han aliado para abrir un local se conocieron mientras laboraban en otros fogones.
Los establecimientos de menor tamaño, descendientes de aquellos pioneros bistronómicos que fomentaron un turismo culinario tan atractivo, continúan ofreciendo incentivos recientes al itinerario por Barcelona. Frecuentemente son espacios modestos con medios limitados, donde se persigue la viabilidad mediante plantillas mínimas (habitualmente jóvenes amistades asociadas) y jornadas de descanso ajustadas a sus posibilidades; en este grupo destacan estrenos como Rectangle (Sepúlveda, 23), o Zaytun (calle del Guadiana, 40), sitio en el cual Juanán Vizcaíno elabora los platos en solitario mientras su madre, Anna Maria Soria, atiende el comedor. Tras la clausura de Adobo, surgió el popular Casa Telmo (Milanesat, 19), bajo la dirección del emprendedor Isidro Marqués. La gastronomía de Perú continúa expandiéndose y durante el presente ejercicio han abierto sus puertas la barra de Akiro (Mallorca, 237 bis), propiedad de Luis Arévalo, y Macambo (Laforja, 83), a cargo de Roberto Shihuay.
Se han producido inauguraciones muy anticipadas tales como Fonda Balmes (Balmes, 175), sitio en el que antaño trabajó el recordado Fermí Puig y donde actualmente ejerce uno de sus íntimos compañeros, el cocinero Josep Maria Massó, quien ha asumido el mando mientras Alfred Romagosa se encarga del servicio.
Asimismo, sobresalen dentro de las propuestas recientes Chambacú (Muntaner, 185), una relevante contribución urbana promovida por el chef colombiano Santiago Sánchez, que se fundamenta en las tradiciones culinarias de los pueblos originarios de América y de las comunidades afrodescendientes con el fin de relatar múltiples vivencias mediante platos y bebidas sumamente logrados.
Eugeni de Diego concluye el año 2023 con una inauguración atractiva; un establecimiento gastronómico donde es posible degustar de todo.
Dentro de las inauguraciones más actuales y llamativas del año se encuentra el flamante Melós (Mallorca, 303), donde el chef de Castellón de Cruix, Miquel Pardo, evoluciona para presentar una propuesta de gastronomía refinada. Le asisten en los fogones el argentino Juan Bambini y en el servicio el sumiller Víctor Lerena junto a Lucía Navarro, sin renunciar a los platos de arroz que son su sello personal.
Diversos chefs de prestigio han implementado modificaciones o se han adentrado en nuevas propuestas con locales anexos, tal como sucede con Borja García en Ultrapaninos Marín (Balmes, 189), situado a escasa distancia de su Ultramarinos Marín, al igual que Rafa Peña, con su tienda de embutidos Provisiones Gresca (Rosselló, 209), donde produce de forma manual excelentes chacinas y Carlos Pérez de Rozas, que ha inaugurado Pompa (Séneca, 25) a muy poca distancia de su Berbena (Minerva, 6). Hay quienes han transformado su concepto para elevar la calidad, como Romain Fornell en Casa Tejada, establecimiento que permaneció clausurado una temporada para transformarse en un atractivo local donde fusiona recetas de Italia y platos de estilo bistrot. También existen expansiones, como las de Marc García y Víctor Ródenas, que han añadido a su Maleducat (Manso, 54) el reciente Casa Fiero (Londres, 89) o Eugeni de Diego, que finaliza el ejercicio con un sugerente estreno. El lugar se denomina Sis Quaranta (Diagonal, 640) y dispone de servicio culinario ininterrumpido a lo largo de toda la semana. La Fonda de Pirenaicas ha incorporado en el inmueble contiguo Brasa Pirenaicas y Txiribita (Avenir, 74). Kim Díaz lanza el Paloma Fondita Mexicana (Bonavista, 21) y el grupo de Confiteria ha rehabilitado durante este periodo el Mundial Bar, el cual mantiene no solamente el local, en la plaza Sant Agustí Vell, sino también su esencia.