Sentirse fuerte y capaz después de los 50 años no es solo una cuestión de estética: es una inversión en independencia y salud a largo plazo. Mantener la fuerza muscular, la movilidad y el equilibrio permite conservar la autonomía en las actividades diarias y reduce el riesgo de lesiones y enfermedades asociadas con la edad.
Nikki Ternay es una entrenadora personal que, en un artículo para 'Women's Health' ha hablado de la importancia de cuidar nuestro cuerpo con el paso de los años: “Desarrollar músculo es posible a cualquier edad, pero después de la menopausia el cuerpo necesita más estímulos para conseguir resultados”, empieza diciendo.
Liz Sánchez, 66 años, Health Coach de Salud: “La menopausia es un tesoro, es la oportunidad que te da la vida para empezar a cuidarte y atenderte”
“Cuanto más músculo tengas, mejor te sentirás y más libremente podrás moverte, viajar o cuidar de los tuyos”
Recomendación. La experta recomienda incorporar entrenamientos de fuerza como una herramienta para mejorar la forma física, prevenir enfermedades y mantener la independencia funcional.
El músculo es la fuente de la juventud. Diversos estudios han demostrado que mantener una buena masa muscular ayuda a prevenir patologías como la diabetes tipo 2, la osteoporosis, la hipertensión o la obesidad. Además, contribuye a estabilizar los niveles de azúcar en sangre, reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas.
Gimnasio
Rutina. Ternay recomienda tres sesiones semanales de entrenamiento de resistencia, centradas en grandes grupos musculares. En cada sesión incluiremos de dos a tres ejercicios por zona, realizando entre seis y doce repeticiones en series de tres a cinco: “Lo importante es elegir un peso que desafíe sin comprometer la técnica y aumentar la intensidad de manera gradual”, recomienda. Es importante alternar los días de fuerza con otros de recuperación activa, en los que caminar o nadar reducirá el riesgo de padecer lesiones.
Antes y después del entrenamiento. La experta recomienda dedicar entre quince y veinte minutos al calentamiento, con movimientos que eleven poco a poco a la frecuencia cardiaca. Una buena opción puede ser caminar en la cinta o pedalear en la bicicleta estática. Al terminar el entreno, un enfriamiento progresivo con estiramientos y ejercicios de movilidad, ayudará a disminuir la rigidez y evitar las temidas agujetas.
Mujer en el gimnasio
Mentalidad. Finalmente, Ternay defiende que adoptar una buena mentalidad es clave para que las mujeres mayores de 50 años tengan motivación y vean la actividad física como una inversión en salud: “Hacer ejercicio debe verse como una forma de cuidar el cuerpo, no de castigarlo. Cuanto más músculo tengas, mejor te sentirás y más libremente podrás moverte, viajar o cuidar de los tuyos”, termina diciendo.

