Cuando las temperaturas se disparan y el asfalto arde bajo nuestros pies, muchos propietarios olvidan que sus perros no tienen la misma capacidad para regular el calor. Y lo que para nosotros puede ser solo una tarde calurosa, para ellos puede convertirse en una trampa mortal.
Sin embargo los golpes de calor no son las mayores preocupaciones de los veterinarios en verano. María VetiCan es una veterinaria española notable por su presencia como influencer en redes sociales. En uno de sus vídeos más recientes ha alertado sobre el peligro de las espigas: “Mi mayor miedo como veterinaria en verano, y que también debería ser el tuyo si tienes perros, son las espigas”, empieza diciendo.

Espigas de cebada en Palau-sator.
“Tienes que acudir lo antes posible al veterinario”
El peligro de las espigas. María explica por qué estas estructuras puntiagudas que forman parte de ciertas plantas, pueden ser tan peligrosas para nuestros perros: “Se meten por todas partes: en los oídos, en los ojos, en la nariz, en la garganta, entre los dedos de las patas, en las axilas, en las partes íntimas… en cualquier sitio”, comenta.
Primeros síntomas. La experta recomienda que todos los propietarios de perros estén atentos a los siguientes síntomas: “Si después del paseo tu perro empieza a sacudir mucho la cabeza, tiene una oreja caída, se la rasca mucho, no para de estornudar o de toser como si quisiera sacar algo…”, explica. Las espigas pueden causar infecciones y hay que actuar con rapidez.

Espiga de color blanco.
Otros síntomas. La veterinaria prosigue enumerando las señales que no deben ser ignoradas: ojos semicerrados y llorosos que, sin tratamiento, derivan en queratitis o conjuntivitis; cojera acompañada de lamidos persistentes en la zona interdigital; pequeños bultos entre los dedos que delatan la presencia de la espiga bajo la piel: “Tienes que acudir lo antes posible al veterinario”, advierte.
Recomendación. María termina recomendando que, después de cada paseo, revisemos las orejas, ojos, nariz y espacios interdigitales de nuestro perro. Por último señala que cepillarles periódicamente el pelaje crea una barrera adicional ante el peligro.