El pediatra y escritor Carlos González, una de las voces más influyentes en el ámbito de la crianza respetuosa en España, ha vuelto a generar conversación en redes sociales con un nuevo episodio de su podcast Criando sin miedo, disponible en Spotify y YouTube. Esta vez, González pone el foco en la alimentación infantil, y lanza una pregunta que interpela a muchas familias: “¿De verdad te parece buena idea decirle a tu hijo que tiene que comer aunque no tenga hambre?”
En un momento donde los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) aumentan alarmantemente entre niños, adolescentes y adultos —con la anorexia, la bulimia y la obesidad en auge—, el pediatra invita a replantear los mensajes que se transmiten a los menores en torno a la comida.
Comer sin hambre, no comer con hambre
Un reflejo de desajuste. González explica que el comportamiento alimentario natural de un niño pequeño —especialmente antes de entrar en la escuela— es comer cuando tiene hambre y no comer cuando no la tiene. Sin embargo, muchas veces los adultos interrumpen ese instinto con frases aparentemente inofensivas como “venga, al menos pruébalo”, “no puedes irte a la cama sin cenar” o “con el cariño que te lo he preparado”.

Un niño comiendo frente a la mesa
Para el pediatra, estos mensajes bienintencionados pueden acabar enseñando al niño a ignorar sus señales de hambre y saciedad, una desconexión que puede sentar las bases de trastornos alimentarios en el futuro. ”¿Qué es la obesidad?”, plantea, “seguir comiendo aunque en realidad ya no tenías hambre. ¿Qué es la anorexia? Es tener hambre y no comer”.

Captura de vídeo
“Si falta media hora para cenar y se come un plátano, pues ya ha cenado un plátano”
Otro de los errores habituales que critica Carlos González es prohibir a los niños que coman fruta u otros alimentos saludables si ‘ya casi es la hora de cenar’. Pone un ejemplo común: “Mamá, ¿puedo un plátano?”, a lo que muchos padres responden: “No, porque si lo comes ahora, luego no cenas”.

FOTO ALEX GARCIA ALIMENTACION INFANTIL SANA 17/02/08 niño frente a un plato de legumbres, una ensalda dos piezas de fruta y un cuento
El pediatra lo tiene claro: “Si falta media hora para cenar y se come un plátano, pues ya está, ha cenado un plátano”. Y recuerda que no hay problema alguno si un niño cena poco, especialmente si lo que ha comido antes es un alimento sano. Lo preocupante, explica, es condicionar el acceso a ciertos alimentos por cuestiones ajenas a la nutrición o por conductas como “portarse bien” o “comerse la verdura”.
La relación sana con la comida empieza en casa
Carlos González defiende una educación alimentaria basada en el respeto y la autonomía del niño, no en la imposición ni en los premios o castigos. “La decisión de si le doy un caramelo o no no puede depender de si falta media hora para cenar o de si ha comido verdura. El caramelo es igual de malo a las cinco de la tarde que a las ocho y media”, subraya.