Sonia Díaz, coach experta en gestión de la ira: “Existen 4 trucos que puedes utilizar para calmarte en público sin que nadie lo note”

MENTE

Apunta estas técnicas sencillas de autorregulación para momentos incómodos o abrumadores

El odio puede desencadenar ira

El odio puede desencadenar ira

Getty Images

Expertos en psicología coinciden: la ira pública es, muchas veces, la punta del iceberg de un malestar acumulado. El estrés laboral, la precariedad, la incertidumbre o la sobrecarga emocional generan un caldo de cultivo que, si no se canaliza adecuadamente, encuentra su salida en el peor momento y lugar.

Sonia Díaz Rois es coach experta en gestión de la ira y reflexiona sobre lo que sucede en la cabeza antes de mostrar un explosivo enfado: “En muchas situaciones no es tanto el hecho en sí lo que nos abruma, sino todo lo que nos decimos sobre lo que está ocurriendo. El diálogo interno se acelera, piensas que no deberías sentirte así, que van a pensar que estás exagerando o que ya estás igual que otras veces. Y, sin darte cuenta, estás con la cabeza en el pasado, el cuerpo en modo alerta y el corazón queriendo salir por la boca”, explica. 

Lee también

Mike Wallach, analista de comportamiento, expone los 3 hábitos de los padres que provocan que sus hijos exploten fácilmente: “Dales las habilidades para pedir ayuda”

Christian Jiménez
Una niña pequeña teniendo una rabieta
Horizontal

ira

Getty

El enfado interior no es proporcional a lo que está sucediendo fuera. La incomodidad es real pero muchas veces tiene que ver con lo que lleves acumulado o con una historia que suena de fondo sin que nos demos cuenta de ello.

No eres el centro del mundo. La experta afirma que, aunque en ese momento sientas que eres el centro del universo es probable que sea todo lo contrario: “Cierto es que la mayoría de las veces cada persona está a lo suyo. Tu mal rato suele pasar desapercibido. Eso no lo elimina, pero sí te permite hacer algo: acompañarte sin juicio, en lugar de exigirte que no se note”, explica. 

Enfado coche

Enfado coche

Getty Images/iStockphoto

Cuatro técnicas que puedes utilizar para calmarte sin que nadie se de cuenta 

Regula desde el pensamiento. Repetirte en silencio una frase que te devuelva al presente puede ayudarte a volver al centro: «Esto no es una amenaza. Solo es incómodo», «No tengo que controlarlo todo. Solo estar aquí», «Esto pasará, como también pasó la última vez».

Suelta el cuerpo (aunque estés de pie o sentada). Afloja la mandíbula, suelta los hombros, cambia la posición de los brazos si están cruzados. Evita una mirada desafiante si estás enfadada, o una excesivamente baja si sientes miedo. La postura también comunica seguridad interna, y puede ayudarte a enviarle un mensaje de calma a tu cuerpo. Con todo esto le estás dando un mensaje claro a tu cuerpo: «No se trata de un peligro inminente, no hay urgencia. Puedo estar aquí».

“Así que tranquilo, Minichuki, que no eres mala persona, simplemente tienes el cuerpo alterado”

Getty Images

Respira sin que se note. Una respiración suave, profunda y consciente puede ayudarte a frenar la reacción automática. No hace falta usar grandes técnicas: Inhala por la nariz contando 4… Exhala lentamente contando 6. Repite dos o tres veces. Nadie lo notará, pero tu sistema nervioso sí.

Mírate desde fuera (con compasión). Una técnica muy útil es tomar distancia interna: observarte como si fueras una tercera persona, como una especie de mosca en la pared. Esto no es desconectarse, es salir del ojo del huracán emocional para ganar perspectiva. Observarte desde fuera puede ayudarte a ver la escena completa, no solo tu reacción. Y eso ya es un paso enorme.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...