Los padres experimentan cambios cerebrales similares a los de las madres. Diversos estudios realizados en los últimos cinco años demuestran que ser padre provoca cambios profundos en el cerebro y en el cuerpo de los hombres, impacta en su salud mental y también en su sentido de identidad.
Oscar Vilarroya es investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Instituto de Investigación del Hospital del Mar. El experto afirma que en los hombres es muy importante que se produzca el vínculo con el recién nacido para que se produzcan estos cambios: “Es recomendable que también sea corporal”, añade.

Un padre da el biberón a su bebé
“Cada persona tiene su propio itinerario y que nadie debe sentirse mal si su relación con su bebé no es satisfactoria desde el principio”
Diferencias. Estos cambios se producen a raíz de la interacción y del vínculo entre el padre y el bebé una vez que este ha nacido, mientras que en las madres gestantes comienzan en el momento en que quedan embarazadas. Los cambios en el cerebro, tanto estructurales como hormonales, permiten a los hombres adaptarse mejor a la interacción con sus hijos para ser “mejores” padres.

Un padre acaricia a su bebé recién nacido
Implicación. A diferencia de las madres gestantes, en el caso de los hombres hay mucha variabilidad, y la magnitud de los cambios depende del grado de implicación en la crianza. Cuanto más vinculados están con el bebé y con los cuidados, más numerosos y profundos son los cambios en el cerebro de los padres. Y, como consecuencia, los hijos alcanzan mejores resultados en salud física y mental.
No te sientas culpable. Vilarroya explica que cada persona tiene su propio itinerario y que nadie debe sentirse mal si su relación con su bebé no es satisfactoria desde el principio: “Nunca es tarde para comenzar una buena interacción con tu hijo o para dedicarle más atención”, termina diciendo.