No siempre brillantez significa facilidad. Los niños con altas capacidades pueden destacar en creatividad, lógica o arte, pero también enfrentan frustración y desajuste emocional si no reciben apoyo adecuado. Reconocer y acompañar su potencial es la verdadera clave.
Amelia Arenas es una psicóloga especializada en altas capacidades. En uno de los vídeos más recientes de su canal de TikTok ha reflexionado sobre la invisible intensidad emocional que acompaña a muchas de estas personas: “Las altas capacidades no solo afectan a la parte cognitiva o intelectual, también tienen un impacto enorme en lo emocional”, empieza diciendo.

Aprender de forma creativa es la mejor baza para educar a un Altas Capacidades
“Hay que dar espacio a lo emocional, validar lo que sienten y acompañarles en su forma particular de vivirlo”
Sobreexcitabilidad emocional. Se trata de una característica frecuente entre niños y adultos con altas capacidades y se manifiesta en una vivencia muy intensa de las emociones: “Una rabieta, un enfado o una sensación de injusticia no se viven de forma ligera, sino con una profundidad que sorprende y, a veces, desconcierta a quienes les rodean”, explica.

Los Altas Capacidades pueden experimentar aburrimiento y desinterés en las aulas si estas no están capacitadas para enseñarles
Empatía especialmente elevada. Las personas con altas capacidades tienden a absorber las emociones como si fuesen propias: “Se frustran, lloran, se enfadan o se emocionan con una fuerza que parece desproporcionada, pero que es coherente con su forma de sentir el mundo”, cuenta Amelia.
La inteligencia no va acompañada de una madurez emocional superior. La experta señala que es una de las creencias más extendidas: “Su capacidad intelectual va muy por delante, pero su madurez emocional sigue al ritmo de su edad o incluso se ve desbordada por su intensidad interna”, explica. Esto hace que algunas familias lo interpreten como un signo de inmadurez o falta de autocontrol: “A veces se llega a pensar que no saben controlarse, cuando en realidad lo que ocurre es que no se reconoce el peso de esa parte emocional”, advierte.
Acompañamiento. Amelia explica que los niños con altas capacidades pueden ser etiquetados como problemáticos porque se frustran con facilidad o porque cuestionan normas que perciben como injustas. La falta de un acompañamiento adecuado puede provocar en los más jóvenes ansiedad, aislamiento o síntomas depresivos: “La clave es entender que el desarrollo emocional no avanza al mismo tiempo que el intelectual”, termina diciendo la experta.