Torroella, magnífica apertura händeliana

Festival de música

Marc Minkowski dirige a Les Musiciens du Louvre en el Auditori Espai Ter, en la inauguración del festival ampurdanés

Concierto de Les Musiciens du Louvre con Mark Minkovski en la apertura del Festival de Torroella de Montgrí. Mar Duran/Nord Media

Les Musiciens du Louvre con Mark Minkowski en la apertura del Festival de Torroella de Montgrí

Mar Duran / Nord Media

Como su insignia, el castillo del Montgrí, pocos festivales se visualizan a tan gran distancia y con tanta claridad en su perfil como este de Torroella de Montgrí, que ya lleva desde 1891, lo que suponen 45 ediciones…

Si hablamos de perfil, cabe destacar el carácter de su programación y, sobre todo, la sociedad de Torroella, sus gentes, que desde aventuras como fueron Joventuts Musicals por una música en libertad en la austeridad de aquella segunda mitad del siglo XX, han creado, han dado soporte y han disfrutado, los anales de esta convocatoria que calificaría como única y ejemplar y que además –como mirada al futuro– es parte de esa construcción tan sensible que se llama historia de la música: veamos, sino, la lista de estrenos de compositores catalanes. Ejemplar.

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La vida es lo que es, un de­venir; ahora dominan la acústica y los auditorios, pero me gustaría rememorar los intermedios de aquellos conciertos en la iglesia de Sant Genís, con sus gentes, abanico en mano revitalizando las constantes, después de alguna que otra emergencia médica sobrevenida en la primera parte por la emoción de la música…. y las altas temperaturas!

No son ahora tiempos de brillos. Hace unos años se presentó en el Palau Robert una exposición sobre los festivales de clásica veraniegos en Catalunya, otra historia ejemplar que ahora parece resentirse.

Ahora dominan los auditorios, pero me gustaría rememorar los intermedios de los conciertos en la iglesia de Sant Genís

Torroella mantiene su perspectiva. Comenzó anoche con una presencia de especialistas del barroco, Les Musiciens du Louvre, con el veterano Mark Minkowski al frente, que interpretaron los seis Concerti del op. 3 de Händel. Los primeros que vio en la imprenta, de la discutida mano de John Walsh en 1734, cuyo comportamiento especulativo y mercantilista determinó tensiones con el compositor, aunque agradecemos su labor porque, discutida o no, nos dejó un op. 3 de Händel magnífico.

El compositor nacido en ­Halle, Alemania, había sido ya reconocido como tal en Londres desde 1711, especialmente en el terreno operístico, donde vivió 47 años. Eran los comienzos de aquel esplendor musical londinense que culminó hacia finales del siglo con Haydn, también alemán, triunfando en aquella corte en la transición a la mentalidad industrial, uno de cuyos símbolos y protagonistas es por supuesto el Big Ben instalado unas cuatro décadas antes.

Esta primera serie de Concerti grossi son de alguna manera un homenaje de Walsh y Händel al gran concerto grosso italiano impuesto por Corelli, y de subrayar en sus contenidos, rasgos netamente händelianos, como la consistencia melódica y los matices armónicos, con una magnífica versión del Concerto en Sol mayor (flauta de bec), cuyo Andante desarrolla un dulce lamento operístico, y muy bien planteada la secuencia sin interrupción de los números cuarto, que culmina con un delicioso minué, y quinto (este último en Re menor) con su planteamiento dramático. El sexto (Do mayor) deja lucir al órgano solista, algo que el propio Händel solía hacer cuando él mismo los interpretaba, mostrando en su caso su capacidad en la improvisación.

El planteamiento sonoro de Minkowski atiende más a la densidad y el contraste con los solistas, que a acentos, claroscuros y otros planteamientos que proponen los grupos italianos dedicados a este tipo de repertorio.

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El maestro Minkowski, como siempre, se mostró muy cercano al público, creativo en sus versiones, expresivo y fiel a los contenidos musicales, en un conjunto que supo valorar los rasgos expresivos del compositor, sin demasiada presencia de contrastes, pero con una gran musicalidad.

En el concierto inaugural de la presente edición del Festival de Torroella cabe destacar los nombres de la violinista Alice Pierot y de Stéphane Rougier (solista de segundos), el oboísta Daniel Lanthier, Florian Gazagne (fagot y flauta) y Cristiano Gaudio (clave y órgano).

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