A Tempo, la rama docente del festival Temporada Alta, llega a su novena edición avalada por el éxito de la propuesta. Con este proyecto, la Fundació La Ciutat Invisible ha descubierto la fórmula de éxito para integrar las artes escénicas en los ciclos educativos de primaria y secundaria de Girona y Salt.
Salvador Sunyer, hasta el año pasado director de Temporada Alta y que ahora dirige la fundación, explica: “Hace ocho años que lo hacemos, porque en la educación reglada las artes cuentan muy poco. Los padres con sus hijos cantan, es decir, hacen música; explican cuentos, es decir literatura; hacen figuras de barro, es decir escultura... ¿Por qué eso desaparece en primaria y secundaria? ¿ Cómo puede ser que una forma de relación natural entre adultos y pequeños desaparece?”
“Con el Torneig de Dramatúrgia per a Instituts, el alumnado vive todo el proceso creativo”, dice Sunyer
El programa A Tempo se aplica a través de diferentes proyectos. Este año, con tres aulas se está creando un espectáculo alrededor de Ovidi Montllor, que se estrenará en Temporada Alta. Con el título Cors ciutadans, la compañía chilena Hermanos Ibarra Roa ha escogido al cantautor de Alcoi “para que los alumnos se interesen por la propia cultura”. Trabajan creando una pieza de teatro musical “con las temáticas que Montllor trata en sus canciones, porque fue un gran creador, comprometido socialmente”, afirman. “Así como Violeta Parra quería crear la universidad del folklore, nosotros queremos que sean los alumnos los que hagan cultura”.
En esta novena edición, “por primera vez se usará un doble formato: espectáculos en los centros y en los teatros”, detalla la coordinadora, Lily Garreta. Entre las muchas actividades que reúne A Tempo, hay seis espectáculos en las aulas y un taller para personas del espectro autista. En los teatros, algunos de los espectáculos están compartidos con Temporada Alta, como Matres, de la compañía Campi qui Pugui; y Burpees, de Miquel Mas i Fiol.
También se celebrará una nueva convocatoria del Torneig de Dramatúrgia per a Instituts. “Se les da una formación en teatro en cuatro clases –expone Sunyer–; a continuación, dos dramaturgas les enseñan los trucos a la hora de escribir; los alumnos escriben un texto de un cuarto de hora y el que se escoge se trabaja en la clase; entonces entra un director y unos intérpretes y se acaban representando en La Planeta, con actores que ellos puedan conocer de las series. Queremos que vivan todo el proceso de creación. Y hay sorpresas con los temas que escogen, como el suicidio o el maltrato”.
A Tempo también organiza seminarios para los profesores, para darles herramientas con las que trabajar en las artes escénicas. Un ejemplo de éxito se produjo en la escuela La Farga en el 2017 con el espectáculo Mai més set, mai més gana. La docente Natàlia Nadal asegura que “fue un punto de inflexión en la escuela, y puso la semilla de una manera de hacer, que se ha mantenido”.
Sonia Mulero, de la Fundació Banc Sabadell, que da apoyo económico al proyecto A Tempo, declara: “El sistema educativo no provoca siempre el espíritu crítico, de modo que si Temporada Alta, que es un referente, entra en la escuela y provoca cambios como el de La Farga, la fundación tiene que estar aquí. Es la razón por la que lo hacemos: para fomentar las relaciones y crear entorno social. Tenemos que usar las artes como modelo de cohesión, y provocar un cambio sistémico”.
Sunyer añade: “Usamos las artes para hablar de problemas concretos, pero las artes han de tener una parte estética, hay que tener en cuenta la forma”. En estos ocho años, el proyecto A Tempo ha llegado a 54 escuelas e institutos; 36.950 alumnos y 3.827 docentes. “Es gratuito y se hace en horario lectivo, para que llegue a todo el mundo”, concluye Sunyer.


