Gemma Ruiz: “Hollywood no nos ha enseñado cómo envejecer, ni cómo se vive con la menopausia”

Entrevista

La escritora y periodista publica ‘Una dona de la teva edat’

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‘Una dona de la teva edat’' es la cuarta novela de Gemma Ruiz

Nacho Vera

Como periodista, Gemma Ruiz Palà (Sabadell, 1975) había ido a menudo unas cuantas veces a la Bienal de Venecia. Hace unos meses, sin embargo, volvió allí para escribir Una dona de la teva edat (Proa), donde explica la historia de Kate, una mujer que llega a la menopausia después de media vida viviendo según el dictado social, haciendo de madre y de mujer paciente como es debido. Un cambio físico que la acaba empoderando y la lleva, como artista, a la ciudad de los canales.

Dice que es la novela con la que se lo ha pasado mejor escribiendo...

Transformar el tabú y el estigma del envejecimiento y de la menopausia, que tanto se ha utilizado contra nosotras, en alguien con quien tú misma te tronchas de risa cuando estás pensando lo que le harás vivir, es muy placentero y quita hierro a lo que te vendrá. Subvertir el estigma y el tabú me ha ido muy bien, y sobre todo poder hacerlo con una protagonista vital, evitando el victimismo y el tono llorón.

Llega a una buena edad con alegría de vivir.

Sí, llamando las cosas por su nombre pero con sentido del humor y la voluntad de comerse el mundo todo, porque a las mujeres nos han exigido tantas cosas que no podemos ni estornudar en voz alta, porque el mandato social siempre nos ha encorsetado.

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¿De dónde sale esta Kate?

Hace unos dos años, un día de playa mientras hacía investigación para la novela que he empezado ahora, me vino de golpe, seguramente influida por una inquietud colectiva, porque los runrunes te acaban saliendo pero no son individuales. Es la protagonista de Hollywood que querré ver cuando me haga mayor y cuando la menopausia me llegue en todo su esplendor. Es una desazón colectiva que ahora ha ido cristalizando en otros libros y películas, pero en aquel momento veía que no había referentes y los necesitamos, así que me la escribí yo misma.

Empar Moliner acababa de publicar Benvolguda...

Sí, era de las pocas. Es que tampoco estoy descubriendo América. Hay excepciones, pero pocos referentes. Yo pensaba mucho en el cine, porque emocionalmente nos ha educado o maleducado a todos, pero Hollywood no nos ha enseñado cómo envejecer, ni cómo se vive con la menopausia.

Hasta no hace mucho, a partir de los treinta éramos de mediana edad, ahora somos jóvenes hasta pasados los cincuenta y nos hacemos mayores de golpe.

Es que la transición no se está trabajando suficientemente en la ficción. Esta desazón que cristalizó en mí también nace de ver que estas mujeres existen en la vida real, han cambiado la historia del arte y están cambiando la literatura. Pero hay un desequilibrio entre la realidad y la representación, porque no tienen reflejo en la ficción.

Vertical

Gemma Ruiz

Nacho Vera

La vida no se acaba con la menopausia...

Hay prejuicios sobre la edad, parece que llega un momento que las mujeres tienen que estar haciendo media en casa, que ya están con el rol de abuela y no es verdad, hay mucha diversidad y mucha actividad, también sexual. Nos han hecho creer que perdiendo el capital sexual, la belleza, la juventud y la figura ya no había nada para nosotros, pero ni siquiera la sexualidad se nos desactiva con el envejecimiento, a las mujeres, el clítoris no envejece. Es una construcción social basada en una mentira. Las mujeres están sexualmente activas hasta que quieren, y lo pueden estar siempre, pero nos han dicho lo contrario, mientras que muchos hombres sin química llega una edad que ya no...

¿Por qué escogió a una protagonista neoyorquina?

Siempre tuve claro que tenía que ser norteamericana y nieta de italianos. Es el cine que hemos mamado. Y la llevo a la Bienal de Venecia por proximidad, porque he ido muchas veces, pero sobre todo porque Venecia es el catalizador de todas las contradicciones de nuestro mundo y es el ejemplo más claro de cómo el turismo masivo arrasa un pueblo o una comunidad. Me gustaba que fuera un lugar donde se vieran las contradicciones que tenemos todos, porque nadie es coherente al 100%.

“Venecia es el catalizador de todas las contradicciones de nuestro mundo”

¿Venecia es el futuro de Barcelona con el turismo masivo?

Es nuestro espejo, y de hecho los movimientos antiturísticos y anticruceros de Barcelona se han inspirado en el activismo veneciano. Como el proyecto se situaba allí me dieron una beca y viví allí casi tres meses, y eso cambió del todo las escenas venecianas, especialmente porque entré en el mundo de la gente activista, como mi profesor de italiano, un hombre de 86 años que empezó a poner datos al turismo masivo, a contar las camas venecianas y las de residentes... El turismo es la parte lúdica del colonialismo, los primeros turistas iban con las expediciones coloniales. Pero claro que hay contradicciones, como criticar la turistificación de Barcelona pero entonces somos turistas en casa de otro, porque no hay nadie intachable.

El mundo del arte también tiene importancia.

Es un poco un homenaje a todas las Louise Bourgeois que no han sido reconocidas hasta que eran muy grandes, porque tiene una obra que en todas nos habría ayudado a vivir y a cambiar el relato. El arte, cuando te mira, te representa y te interpela, también ayuda a vivir los momentos vitales complicados como envejecer.

En el libro la sororidad femenina se amplía con el mundo queer.

Yo estoy por incluir a todo el mundo que se sume la lucha, especialmente en este momento de reacción del patriarcado y del fascismo. La unión hace la fuerza, y eso es estratégico y es orgánico, no tiene sentido ser excluyente. Son historias de disidencias diferentes, pero al final, te miras y queremos los mismos derechos y estamos en el mismo barco. También están invitados los hombres blanco y heterosexuales, hay muchos que nos quieren escuchar y entender y que nos quieren en todas las dimensiones.

Pero el machismo vuelve.

La reacción está aquí, pero muchos hombres nos entienden más que nunca, ¿no? Y hay que entender que compartir derechos siempre es una pérdida de privilegios para quien está en el centro del mundo.

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