Juan Mayorga está deseando ver “cómo cada una de esas obras tensiona a las otras tres y es, a su vez, tensionada por ellas”. El dramaturgo madrileño se refiere al espectáculo Entre los árboles, que ayer tuvo su estreno absoluto en la sala Versus Glòries de Barcelona.
Ha sido la compañía La Virgen Teatro la que ha trenzado cuatro piezas breves de Mayorga en un montaje sugerente, con tres jóvenes intérpretes que maduran en el escenario. Las cuatro piezas, que argumentalmente no tienen nexo alguno, sí comparten una inquietud vital en las relaciones humanas.
El espectáculo empieza con La mujer de mi vida, una joven que responde al teléfono y sigue la corriente a todo el que la llama. Como un teléfono de la esperanza, aquí son corazones solitarios que creen haber encontrado a la mujer de su vida. Un inquietante mundo en línea, cuando no es posible el calor humano.
El montaje ennegrece con Una carta de Sarajevo, en la que un hombre traduce una carta llegada de Bosnia a otro hombre, este ciego. No son buenas noticias, pero siempre puede haber una mentira piadosa.
Desde lo oscuro, el público descubre la luz cuando la función transita hacia Noli me tangere, el cuadro de Correggio, expuesto en el Prado, que trata el tema de María Magdalena cuando ve a Jesús resucitado después de descubrir el sepulcro vacío.
Mediante una preciosa écfrasis (descripción precisa y detallada de un objeto artístico) de palabras, gestos y movimientos, los tres intérpretes describen el cuadro y la escena vivida por una pareja y, quizá, el vigilante del museo.
El mosaico de teatro breve culmina con Entre los árboles, para contarnos una turbadora historia de amor y obsesión entre tres personas.
En escena, Paula Ratia de la Gala, Álvaro G. Cañedo y Aaron Lista Varona son los tres intérpretes que ejecutan este recorrido sentimental por el alma humana de estas cuatro piezas bien tensionadas, bajo la dirección de Abel González Melo. Cuando Mayorga asista al espectáculo, a buen seguro que quedará satisfecho del resultado.


