En qué andaría metido Salvador Dalí si estuviera hoy vivo y trabajando? ¿A qué nuevo confín del conocimiento hubiera llevado al genio de l’Empordà su proverbial curiosidad, en esta era de la inteligencia artificial generativa? “Probablemente, estaría en un laboratorio abierto, tratando de entender el mundo a través de lo que nos muestra hoy la ciencia”. Entonces, ¿cree que Dalí tendría ya su propio despacho en el Supercomputing Center? “Ja, ja... creo que sí”.
Quien responde es Mónica Bello, historiadora del arte que en la última década ha dirigido el programa artístico del CERN, el megalaboratorio de física de Ginebra que contiene el gran acelerador de partículas. Bello, que reside en Barcelona, acaba de ser nombrada directora de la flamante Platform Dalí, un programa impulsado por la Fundació Gala-Salvador Dalí de Figueres que aspira a fomentar alianzas entre el mundo del arte y de la ciencia.
El encargo se lo ha hecho el presidente de la fundación, Jordi Mercader, con el propósito de expandir hacia nuevos territorios el universo daliniano, invirtiendo para ello parte del excedente que genera la institución que gestiona la obra y los museos del artista. Mercader, que es ingeniero de formación, meditaba desde hace un par de años cómo realizar esa incursión en la ciencia de la mano de Dalí, y ha encontrado ahora en Mónica Bello a la persona indicada para emprender el viaje.
“No ilustraremos a Dalí –prosigue Bello, en una conversación con La Vanguardia en la librería +Bernat–, sino que lo expresaremos como un artista de ruptura, permeable, innovador y siempre dispuesto a cambiar de registro. Si estuviera entre nosotros, efectivamente, se le abrirían los laboratorios para que hiciera ciencia en ellos”.
Platform Dalí se propone apoyar con aportaciones económicas la creación de obras para que esa alianza entre creadores y científicos aporte resultados tangibles que generen experiencia. La idea es lanzar un programa de mediación arte-ciencia en el que pueda implicarse una comunidad barcelonesa que ronda los 5.000 científicos. Los primeros contactos mantenidos por la directora con representantes de los centros de investigación indican –dice Bello–, que hay mucho interés por parte de los científicos en acercarse a los artistas.
El proyecto incluye producir obras, becas, residencias y, en el futuro, exposiciones
En el marco de Platform Dalí, se establecerán también acuerdos de colaboración con artistas internacionales a los que se vinculará durante 18 meses al proyecto. Se establecerán asimismo convenios con la escena cultural local y se programarán exposiciones, aunque para ello habrá que esperar unos años, hasta el que el proyecto haya dado sus frutos.
“Empezamos de cero –prosigue Bello– pero ya tenemos muchas cosas en marcha, como a algunos artistas seleccionados. La verdad es que Barcelona es una ciudad que está en ebullición en este sentido, mucho más que otras ciudades; en Ginebra, por ejemplo, no se daba este tipo de conversación”.
Mónica Bello, directora de Platform Dalí
Siendo directora de Arts at Cern, Bello ya contribuyó a estimular la escena barcelonesa de arte y ciencia. Lo hizo entre 2019 y 2022 a través de programa Collide, desarrollado junto al Ayuntamiento. Gracias a aquel proyecto, creadoras como Dorota Gawęda y Eglė Kulbokaitė, o las asombrosas Black Quantum Futurism convivieron durante meses con la comunidad artística barcelonesa.
Platform Dalí aterriza en un momento estimulante de esa confluencia entre la cultura, la ciencia y la tecnología, un ámbito en el que, efectivamente, Barcelona y Catalunya sobresalen. Su llegada se produce poco después de que en Reus se haya inaugurado el New Art Centre, una institución de escala europea, y mientras está ya en obras el futuro espacio para la cultura digital que la Generalitat proyecta en la antigua Foneria de Canons, en la Rambla.
Las noticias en este sector se suceden sin parar. Ayer finalizó una nueva edición del Mira Arts Festival en el que, además de artistas locales, participaron escuelas como La Salle o Elisava. La semana que viene arranca también el Loop Festival Barcelona 2025, que ahora dirige la comisaria Filipa Ramos. Todo a la espera de los planes que la nueva dirección de Sónar tenga para el Sónar+D, un asunto que genera cierta inquietud entre la comunidad artística y científica de la ciudad.
El hecho de que el ámbito de Platform Dalí sea preferentemente barcelonés (es en la capital y su área metropolitana donde están concentrados los centros científicos punteros y los artistas), aunque de momento no tenga una sede fija, supone, por otra parte, un interesante acercamiento entre Barcelona y el universo daliniano. La ciudad no tiene aún una calle dedicada a Dalí y en sus museos se exhibe muy poca obra del genio. Pero pronto habrá científicos y artistas que, invocando su nombre, cruzarán fronteras hasta ahora inexploradas.




