Hace años que la escena catalana de jazz alumbra nuevos talentos que hacen su camino con poco ruido, mucho trabajo y un apoyo que no siempre viene de su propia tierra. Es el caso de Irene Reig, saxofonista del Raval que marchó a Amsterdam para completar sus estudios en Barcelona mientras desarrollaba una carrera que ahora enriquece con Ànima, donde explora sus vínculos con la música clásica al frente de un cuarteto junto a Xavi Torres al Piano, Andreu Pitarch a la batería y Pau Sala al contrabajo. Tres conocidos de la potente saxo con los que firma su séptimo disco como líder, incluyendo los que ha encabezado en los proyectos Alto for two y The Bop Collective. Este martes se les podrá ver en El Molino (20 h).
¿Cómo nace ‘Ànima’?
Tenía ganas de hacer música de cuarteto y probar un cambio estético respecto a lo que había compuesto hasta ahora. He aprovechado esta formación con piano para dar un paso adelante e investigar algo más a nivel de composición, improvisación y de interacción entre músicos.
¿A dónde le ha llevado esta investigación?
Había estudiado piano clásico aunque al final me centré en el saxo, pero quería utilizar todo este bagaje que nunca antes había aprovechado de manera consciente. Para este disco cogí elementos que había trabajado mucho durante aquella época a nivel de contrapunto, de arreglo, de composición, incluso de melodías que quizás están algo más arraigadas a cosas tradicionales o folclóricas. También decidí coger el formado suite, que se acostumbra a atribuir más a la música clásica que al jazz o las músicas improvisadas, pero creo que aquí encaja para llevarlo a mi terreno.
En una suite cada canción forma parte de un todo
Tenía ganas de hablar de la evolución del alma, a nivel personal de mi alma, pero pienso que todo el mundo se puede sentir identificado. El alma sufre, aprende, evoluciona, no somos la misma persona hace cinco años que ahora, y estas cuatro partes de la suite hacen referencia a diferentes estadios o pasajes por dónde yo he pasado, y que seguro que otra gente también habrá podido pasar por aquí.
¿Qué diferencias ha encontrado al componer desde la clásica?
Sobre todo en las líneas melódicas, aunque esto incluye también la armonía. A pesar de que son bloques de muchas notas tocadas a la vez también puedes entrelazar melódicamente las voces intermedias de estas armonías. La gran diferencia es que las diferentes melodías que forman la pieza tienen un peso más horizontal cuando anteriormente pensaba la música de una manera más vertical.
Es decir, que haya más continuidad entre las diferentes partes de la composición
Sobre todo entre las partes intermedias que quizás no tienen tanta relevancia, pero si aquí escuchas el bajo de una canción también tiene una melodía aunque suene más flojo. Es esta cosa contrapuntística, que es uno de los elementos más importantes que he cogido. A pesar de que estemos haciendo solos, a veces Xavi dice ‘ahora voy a tocar un trozo de aquella melodía’, y esto interactúa con la melodía que yo estoy tocando, o Pau hace la línea original de la canción.
Hace falta mucha coordinación, trabajar con músicos que ya conoce
Con Pau es con quien musicalmente llevo más tiempo trabajando, con Xavi Torres hemos estudiado juntos tanto en la Esmuc como en Àmsterdam, y con Andreu Pitarch nos conocemos desde que tenemos diez años porque estudiábamos aquí en el Raval, en la misma escuela de música. Hay mucha compenetración, y lo agradezco mucho porque nos podemos decir las cosas sin tabúes, tal cual.
Ellos también han participado en la composición de las piezas
Yo he hecho la composición en solitario, pero al ensayar y tocar ellos han ido proponiendo cosas que se han quedado como parte de la composición. Una cosa buena de este disco es que lo he grabado de haber hecho giras importantes, teníamos la música más aprendida, íbamos de memoria. Hicimos una gira por Suecia que nos preparó muchísimo por después poder grabar.
¿Cambiaron mucho los temas a partir de tocarlos en directo?
Sí, sobre todo la soltura con el tempo, el groove. Puedes tener las notas y la armonía aprendidas, pero para que empiece a tener sentido se tiene que ensayar y tocar mucho, y esto lo hemos conseguido gracias a haberlo tocado mucho antes de grabar.
Esta manera de componer más detallada debe de limitar la improvisación
Hay temas que quizás son más cerrados, y aunque estés improvisando de golpe coges el recurso rítmico o melódico de la pieza original. Pero los enlaces entre tema y tema son improvisaciones totalmente libres; uno lo hace Andreu con batería sola, otro lo hace Xavi o lo hago yo con saxo solo, y eso sí que es totalmente libre. Después hay un tema, Centauras, que no tiene estas marcas y dónde hago un solo a partir de cuatro acordes que se van repitiendo en bucle. Más que una canción es un mantra que se va repitiendo mientras yo hago un solo encima que es más abierto. En este disco hay un poco de todo.
¿Qué evolución ha vivido su alma?
Más que de evolución hablaría de crecer, de hacer un aprendizaje a partir las dificultades que te has encontrado y cómo influye tu entorno. De hecho Centauras está dedicado a mi entorno, mis a amistades y amigas, que cuando lo necesité estuvieron allá para ayudarme a sanar el alma, a crecer. En mi caso no es una cosa concreta, sino diferentes situaciones que he vivido y que me han hecho escribir en este orden.
Empezando con Felicidad contenida
A veces te encuentras con una felicidad que no estás preparada para compartir, o por alguna razón no puedes. Después Atzucac que hace referencia a estar en un callejón sin salida, no es una cosa concreta que me haya pasado, sino que muchas veces me he encontrado en situaciones de estas. A continuación viene Centauras, sobre la ayuda de los otros, y después la última parte que es Release, la liberación, porque aunque el aprendizaje acabe mal, ya lo has vivido y superado.
También lidera el octeto Bop Collective, ¿Como es estar al frente de una formación tan grande?
Me gusta mucho escribir música, tanto la parte de componer como la de arreglar. A veces hago un tema que puede funcionar perfectamente en trío o cuarteto, pero de golpe lo arreglo por una formación de ocho personas. Con Bop Collective empecé así, pero a medida que fuimos trabajando juntas y grabando discos ya no componía del mismo modo, sino que pensaba directamente con quienes lo tenía que tocar y qué instrumentación tenía, componía pensando en ellos y ellas.
¿Qué diferencia hay con otros grupos menos numerosos?
Tienes que liderar todavía más, con tantas personas se puede hacer de manera asamblearia pero a veces es un guirigay, tienes que acotar. No es una formación donde la improvisación tenga un papel tan importante, es más importante el tocar juntos, el arreglo en si con las diferentes voces, que el tratamiento melódico y armónico esté muy empastado. Se trabaja como si fuera una pequeña orquesta, o un grupo de cámara.
Da clases en el Taller de Músics y la Esmuc ¿Qué te aporta esta faceta docente?
Te hace estar al acecho, tienes que mantener un nivel porque las clases son exigentes, y de lo que enseñas también aprendes muchas cosas. Depende de qué te proponen o preguntan lo tienes que repensar bien, o pensar repertorios normalmente bastante exigentes, el nivel ya es bastante alto.
¿Y cómo ve el nivel de los alumnos?
Ha subido comparado con hace diez años, cuando yo estaba estudiando, y creo que es porque ahora hay más referencias. Si miras las generaciones del jazz o la música moderna en Cataluña, cada vez hay más gente que se interesa por esta música. Antes había las dos orquestas típicas y los cuatro que tocaban, pero poco a poco se ha ido ensanchando.
