Películas domésticas

ANTIVIRALES

La actualidad cultural deja detalles que nunca se contagiarán en las redes, compartirlos mejora la conversación

Brady Corbet y Mona Fastvold

Brady Corbet y Mona Fastvold 

AP

Si la pasada temporada de premios convirtió reposicionó a una pareja de cineastas como que escribía diálogos atenazantes mientras pasa la aspiradora, Justine Triet y su marido y coguionista, Arthur Harare, este año le toca a otra dupla que combina vida y películas. Brady Corbet, el director de The Brutalist, escribió y levantó su ambiciosa película (han tardado diez años) a medias con su esposa, la también cineasta Mona Fastvold. En breve le toca a ella estrenar filme, Ann Lee, un musical sobre una secta cuáquera que prosperó en Nueva York en el siglo XVIII, cuyo guion también han escrito a medias. Según explicaron en una entrevista con la revista para guionistas Script, desde el principio de un proyecto saben quién va a dirigir y el miembro de la pareja que sólo va a escribir acepta la visión del otro. “Sin egos”, dicen. A efectos prácticos, Corbet escribe de noche y Fastvold por las mañanas, de manera que uno empieza donde el otro lo ha dejado. La pareja tiene una hija de diez años, Ada, que les robó protagonismo en los Globos de Oro aplaudiendo a sus padres mientras recogían premios, y quién sabe si se la llevarán también a los Oscar.

Tina Valles

Tina Valles 

César Rangel

EL BIBLIOTECARIO Y LA 'BIBLIOTECADA'

Hay muchas maneras de ejercer el tutelaje entre escritores de distintas generaciones o de ser padrino y ahijado literario, pero pocas tan reales y tangibles como la que une a Martí Rosselló, fallecido de manera repentina en 2010, con la novelista Tina Vallès. Rosselló fue, como recuerda Vallès en uno de los epílogos de Anna K., la reeditada novela monumental que sorprendió a las letras catalanas en el año 2000, su bibliotecario de cabecera desde muy niña. Él atendía Can Manent, la antigua biblioteca pegada al mar en el pueblo de ambos, Premià de Mar. Entre los primeros libros que le recomendó el bibliotecario a la niña lectora estaban títulos de Gerald Durrell y de J.D. Salinger. Aunque ambos eran tímidos, “vencieron muchas barreras juntos”, según explicó Vallès en un artículo en el 2018, y el autor le animó a escribir y le publicó varios poemas de adolescencia en la revista que editaba. Rosselló falleció de manera inesperada y con solo 56 años de edad dentro del kilómetro cuadrado de Premià en el que vivió toda su vida y en el que transcurre también Anna K.

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Bella Freud 

Lynette Garland

CÓMO LLEVAR LA NEUROSIS CON ESTILO

Lo mejor que puede hacer una persona que a) se apellida Freud y b) tiene una agenda fabulosa de amigos famosos del arte y la cultura es montarse un podcast que consiste en tumbar a dichos amigos en un diván y hacerles preguntas un poco incómodas. La diseñadora Bella Freud conduce desde hace unos meses el podcast Fashion Neurosis en el que entrevista a gente como Kim Gordon, Nick Cave, Kristin Scott Thomas, Rick Owens o Eric Cantona y les hace hablar de ropa, de una manera en absoluto superficial. Algunas de las más interesantes son las charlas con escritores, a los que no les suelen preguntar por estas cosas. En su capítulo, Zadie Smith habla de las Air Max rojas y blancas que se compró con su primera beca de estudios, de cómo cuando se hizo súbitamente famosa el imperativo era no parecer demasiado femenina, y de la vez que perdió toda su ropa en un incendio (y cómo esas prendas perdidas se le aparecían en sueños). Siguiendo el formato psicoanalítico, Karl Ove Knausgaard arranca su episodio contándole a Freud la vez que se hizo agujeros en las orejas, se colocó dos pendientes en forma de cruz y su padre le recibió con la frase: “pareces un idiota”. Que es justo lo que el adolescente Knausgaard quería conseguir. Por cierto, el Instagram de Freud, en el que escribe largos textos memorialísticos que se le desbordan del máximo de caracteres permitidos, también vale la pena como proyecto artístico.

Portada de 'APT.'

Portada de 'APT.' 

Archivo

'APATEU, APATEU': PEGADIZA Y DE PROTESTA

Con su ritmillo sincopado y su producción finísima, el hit APT., de la cantante surcoreana (y neozelandesa) Rosé, ex integrante del grupo Blackpink, y de Bruno Mars, se ha convertido en la canción que ha llevado el K-Pop, el pop coreano, a perder ese prefijo y convertirse solo en pop masivo a nivel mundial, el siguiente paso histórico en la conquista de lo K tras Gangam Style, que todavía se veía en Occidente como una especie de chiste. El tema, que samplea el tema Mickey, un hit ochentero de la británica Toni Basil, pero en cambio no acredita a otra canción casi gemela, That’s Not My Name, de los Ting Tings, lleva desde octubre en las listas de lo más reproducido. En Corea, la canción adquirió a finales del año pasado una capa extra de significado. Se convirtió en una canción protesta ligada al movimiento contra la ley marcial. La cantaban, con la letra modificada, los manifestantes contra el presidente Yook Suk Yeol. En esas protestas, los concentrados dieron también un nuevo uso a las típicas linternas que brillan en la oscuridad y que se utilizan en los conciertos de K-pop.

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