Gabriel Orozco vuelve a México

ARTE

El Museo Jumex presenta la primera muestra en su país en veinte años de un creador que se opone a la idea del arte espectáculo

A

Vista de la instalación 'Dark Wave' 

Gerardo Landa & Eduardo López (GLR Estudio

Gabriel Orozco (Xalapa, 1962) se dio a conocer en los años noventa con obras que se convirtieron de inmediato en emblemáticas de esa década: la caja de zapatos vacía que presentó en la Bienal de Venecia de 1993; el Citroën cortado y ensamblado que mostró en la galería Chantal Crousel de París ese mismo año; o las cuatro tapas de yogur que, en 1994, pegó en las cuatro paredes vacías de un espacio de la galería Marian Goodman de Nueva York. 

Orozco, que trabaja sin estudio, colaborando con diferentes especialistas locales en cada lugar y ocasión, pertenece a la generación de artistas internacionales como Rirkrit Tiravanija, Philippe Parreno, Mauricio Cattelan, Jorge Pardo o Dominique González-Foerster quienes dieron lugar al llamado Arte relacional, poetizando, de distintas formas, conceptos de comunidad y de colaboración. 

La obra de Orozco, fotografías, esculturas, instalaciones, proyectos públicos, es de naturaleza conceptual

Estos artistas cambiaron radicalmente la escena artística global en su momento y su influencia todavía perdura. Orozco mismo logró el reconocimiento pronto con retrospectivas en el MoMA, la Tate o el Pompidou.

La obra de Orozco, que incluye fotografías, esculturas, instalaciones, proyectos públicos, dibujos y pinturas, es de naturaleza conceptual y no se define por sus características estilísticas. El aspecto de sus obras es siempre diferente, salvo en el que caso de que formen series, a veces muy extensas, y debemos encontrar la conexión entre ellas en preocupaciones o pensamientos subterráneos comunes y recurrentes. 

‘Empty Shoe Box (Caja vacía de zapatos’), 1993

‘Empty Shoe Box (Caja vacía de zapatos’), 1993

Museo Jumex

Su obra, en cualquier caso, resulta siempre atractiva formalmente, siendo los aspectos visuales y materiales tan importantes como los aspectos teóricos, con una sencillez que se opone a la idea del arte espectáculo. Eso no quita que haya sido capaz de acometer proyectos grandísimos como el paseo que ha diseñado en el Parque de Chapultepec en la capital mexicana, en construcción todavía, colaborando con arquitectos, ingenieros y científicos.

El proyecto fascina por su ambición y las distintas ideas que suscita, del urbanismo a la ecología, pero ha sido criticado por su enorme coste. A Orozco, además, le interesan otros aspectos relacionados con el arte, habiendo estado detrás de la fundación de la célebre galería Kurimanzutto, que en sus inicios cambiaba de espacio en cada proyecto, y donde han expuesto otros amigos suyos, como Damián Ortega, Abraham Cruzvillegas, Dr. Lakra o Gabriel Kuri.

⁄ Orozco trabaja sin estudio, colaborando con especialistas locales en cada lugar y ocasión

Materia escrita (2014), un libro muy recomendable, y que reúne una selección de los miles de páginas de los cuadernos de trabajo del artista, conforma una suerte de estudio ambulante para Orozco, un artista viajero. De su lectura se desprende que inventa reglas y procesos determinados para la realización de sus obras, lo que además de otorgarles un aspecto lúdico, crea la estructura o andamiaje que las sustenta, basándose en instrucciones y procedimientos.

Orozco limita, antes de hacerlas, los colores que va a utilizar en sus pinturas, repitiéndolos según los movimientos de los caballos del ajedrez. Sus célebres mesas de trabajo, por otra parte, que son grandes superficies repletas de pequeños objetos de distinta naturaleza, encontrados o modelados, son algo así como bocetos para obras más grandes o archivos de ideas. Otras obras suyas son variaciones de juegos de salón, como el ping-pong o el billar.

Gabriel Orozco

Gabriel Orozco 

Ana Hop

El Museo Jumex presenta ahora la primera gran exposición de Orozco en un museo de su país después de unos veinte años transcurridos desde la que se celebró en el Palacio de Bellas Artes (2006). La exposición incluye trescientas obras y ocupa los cuatro pisos del Museo Jumex mostrando sus obras más conocidas. Está articulada, sin seguir criterios cronológicos, mediante referencias a la naturaleza. 

El piso más alto se refiere al aire, con ventiladores rotantes de los que penden cintas en movimiento; el intermedio a la tierra, con troncos y materia orgánica; y la planta baja al agua, constituyendo una suerte de acuario del que pende el esqueleto de una ballena. En el sótano, además, se presenta un vídeo con entrevistas y reacciones al proyecto de Chapultepec. 

Se echan de menos, tal vez, obras recientes o novedades, más allá de una sola de las pinturas que presentó en su última exposición en Kurimanzutto, con imágenes de pirámides, y refiriéndose a los ricos yacimientos arqueológicos de su país, un sentimiento de identidad que antes parecía mantenerse oculto voluntariamente.

Gabriel Orozco: Politécnico Nacional Comisaria: Briony Fer. Museo Jumex. Ciudad de México. fundacionjumex.org.  Hasta el 3 de agosto

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