Un santanderino en busca del tiempo perdido

Narrativa

Álvaro Pombo siempre se sitúa en el centro de su escritura, también en su forma de narrar, algo que culmina ahora en esta autobiografía con una prosa mucho más directa

Bahía de Santander

Embarcadero de Santander, imagen icónica de la bahía de la capital cántabra

Jose Pedroso Vallejo / Getty Images/iStockphoto

No es necesario presentar a Álvaro Pombo (Santander, 1939), porque él mismo se presenta a lo largo de su obra –poesía, relatos y novelas–, llena de referencias autobiográficas. Pombo está siempre en el centro de su escritura, incluso su forma de narrar. Su prosa es inconfundiblemente pombiana, como la de Cela es inconfundiblemente celiana. Algo que culmina ahora en los Cuentos autobiográficos, donde la prosa suele ser mucho más directa.

¿Cuentos? En realidad pueden leerse como capítulos sin un orden cronológico, a merced de la memoria o del olvido y, sobre todo, de ese afán de libertad que el escritor busca obsesivamente en favor de la ficción. Por un lado, “las novelas de Irish Murdoch supusieron todo un cambio de régimen mental: de pronto me di cuenta de que podía utilizar la novela con una carga de reflexión filosófica o antropológica que siempre ha existido en mi vida”. Por otro lado, en la nota autobiográfica final nos dice: “Confío en que lectoras y lectores se entretengan ahora observando mis saltos de estilo y de ánimo, y además consigan diferenciar entre lo extraído directamente de mis recuerdos y lo más o menos ficcionado”. El único no puramente ficcionado es De la vida cotidiana, en torno a dos temas recurrentes: la falta de amigos y la edad.

Autobiográficos desde luego lo son. El Pombo persona y el Pombo personaje se caracterizan por su locuacidad. Hay referencias a su aspecto físico que dan la razón a la ilustración de la portada. Sus creencias religiosas se nos han hecho familiares: “era católico sin sentirme religado al credo o a Dios”; “la fe cristiana me venía grande. Me viene grande ahora”.

⁄ Su ciudad natal y Londres han marcado su vida y resultan esenciales en estas memorias

Hay opiniones que resultan sorprendentes. Especialmente en el cuento La cartilla militar. “Yo tuve una buena mili porque, según se decía de mí en la Sala de Banderas, tenía espíritu militar”, “contagiado yo del espíritu nacional”, algo que nadie diría por su aspecto y por su inconformismo. Tras confesarse apolítico, nos habla de “una dictadura brutal según casi todos, lo cual en mi experiencia, incluido mi paso por Gobernación, no acaba siendo del todo justo para el régimen”. “No haberla sufrido no significa no ver lo que ocurre a tu alrededor”.

Centrales en esta autobiografía o memorias son las referencias a dos lugares que han marcado su vida: Santander y Londres, que ocupan un amplio espacio en el libro. “Hay que reconocer, Julio, que los santanderinos nos ponemos pesadísimos, siempre con el dichoso Santander”, pero a Santander están dedicadas algunas de las páginas más hermosas y más pombianas del libro. En cuanto a Londres, se fue y no volvió a España hasta doce años después. Eran los años sesenta y “tenía ganas de salir de España”; “he sido anglófilo desde siempre”, algo que se refleja en su narrativa y que podemos relacionar con las frecuentes referencias a su linaje familiar: “Ingresé muy joven en la confabulación rutilante de ser el señorito Álvaro”. 

El escritor Álvaro Pombo durante una rueda de prensa en la Universal Internacional Menéndez Pelayo, a 22 de agosto de 2023, en Santander, Cantabria (España). El escritor y poeta Álvaro Pombo ha sido galardonado con la XXXV edición del Premio Internacional Menéndez Pelayo, que otorga anualmente la UIMP. El premio está dotado con 20.000 euros y la Medalla de Honor de la institución.

El escritor Álvaro Pombo durante una rueda de prensa en la Universal Internacional Menéndez Pelayo, en 2023 

Juanma Serrano / Europa Press

La Fraulein o Miss Maria Hirschle ocupa un lugar destacado. Insiste en que no tuvo amigos, algo que se contradice con lo que dice en un artículo de Alrededores (2002). Pero tal vez en el segundo volumen de estos cuentos autobiográficos aclare este punto. Frecuentes son las referencias a su soledad, a la edad, a la vejez, como en el cuento La factura de la felicidad.

Con todas las objeciones que se le puedan poner, Cuentos autobiográficos se lee con enorme interés, un libro que nace de la necesidad de escribir y de las virtudes del buen narrador. /

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Álvaro Pombo Cuentos autobiográficos: Volumen I Anagrama. 192 páginas. 17,95 euros

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