La FIFA y los tres cerditos

El córner inglés

“Nunca luches con un cerdo. Los dos os ensuciáis y a él le encantará”. George Bernard Shaw

Tengo cerdos en la cabeza. No dejo de pensar en ellos. Los motivos son dos. Mañana miércoles presento un libro, un cómic alegórico que hice con el ilustrador, e ilustrado, Oriol Malet en el que hay imágenes de cerdos por todos lados; el mismo día la FIFA anuncia la sede del Mundial 2034.

Y el ganador será…¡Arabia Saudí!

Gracias. Oriol y yo tenemos material para otro libro en el que cerdos interpretan los papeles de seres humanos, esta vez sobre el organismo que dice representar “los valores” del fútbol internacional. Lo llamaríamos, se me ocurre, ‘Como cerdos al comedero’.

El puerco en jefe sería Gianni Infantino, el presidente de la FIFA. Pero vivimos en una época en la que el celebrity es rey y para asegurarnos de que el libro venda necesitaríamos (con todo el respeto, Gianni) personajes más conocidos que él.

Soccer Football - Saudi Pro League - Al Ittihad v Al Nassr - King Abdullah Sport City, Jeddah, Saudi Arabia - December 6, 2024 General view inside the stadium before the match REUTERS/Stringer TPX IMAGES OF THE DAY

Imagen panorámica del estadio de Yedda antes de la disputa del partido de la liga saudí entre el Al-Ittihad v el Al-Nassr

Stringer / Reuters

Afortunadamente los tenemos a mano. Serían Leo Messi, Rafa Nadal y Cristiano Ronaldo. Messi es embajador de turismo de Arabia Saudí, Nadal lo es del tenis, Ronaldo juega al fútbol en la liga saudí.

No habría que forzar nada para acomodarlos en el libro. Los tres cerditos tienen mucho en común con la FIFA. Siempre están hambrientos. Huelen dólares, en este caso petrodólares, y se lanzan a devorarlos, como si la vida dependiera de ello.

Huelen dólares, en este caso petrodólares, y se lanzan a devorarlos como si la vida dependiera de ello

Pero para que la fábula cumpla su objetivo satírico, es decir moral, no solo necesitaríamos malos, sino también buenos.

Buscaríamos personajes, retratados quizá como camellos, que representaran a las decenas de miles de víctimas del régimen saudí, estado de poco prestigio futbolero pero, en el campo de la represión, de categoría genuinamente Mundial . Un candidato obvio sería Jamal Khashoggi, el periodista saudí descuartizado en 2018 por los sicarios del mandamás de su país, Mohamed bin Salman. Pero creo que dejaríamos a Khashoggi en paz: ya no hay nada que hacer por él, pobre hombre.

También podríamos buscar entre los más de cien extranjeros que los guardianes de la santa sede islámica han decapitado en el último año. Pero yo optaría por un par de mujeres que siguen vivas (que se sepa): Salma al-Shehab y Manahel al-Otaibi, ambas ciudadanas saudíes.

Según Amnistía Internacional, Salma –37 años, higienista dental, casada con dos hijos– fue detenida en enero de 2021 por delitos relacionados, oficialmente, con el terrorismo, que en su caso significa haber publicado tuits a favor de los derechos de las mujeres. El año siguiente el Tribunal Penal Especializado de Riad, la capital saudí, la condenó a 34 años de cárcel.

También según Amnistía, y también por “terrorismo”, el susodicho tribunal condenó a Manahel en enero de este año a once años de prisión. Los crímenes de Manahel, instructora de educación física de 29 años, consistieron en más tuits (¿dónde estás, Elon Musk?) a favor de los derechos de las mujeres, así como la publicación de unas fotos en Snapchat en las que lucía ropa occidental y no la túnica negra hasta los pies, la abaya, como Dios manda.

Pero bueno, Manahel tiene un incentivo para seguir viva y sana y portarse bien. Con suerte le reducirán la condena por un año o dos y saldrá de la cárcel a tiempo para el Mundial de 2034. Así podrá ver jugar a Messi y Ronaldo, que aparecerán en sillas de ruedas, si fuera necesario, con tal de acumular unos dólares más. Siendo deportista, puede también que le interese a Manahel pagar por un curso en la academia de tenis de nuestro querido Rafa en suelo saudí.

La FIFA confirmará en breve a Arabia Saudí como sede del Mundial del año 2034

Salma lo tendrá más complicado. Pero, como nos instruye la FIFA, no hay que perder la fe. En un informe que evalua la idoneidad de Arabia Saudí como sede mundialista, la FIFA reconoce que avances en los derechos humanos “requerirán un significativo esfuerzo y tiempo”, pero celebrar el Mundial allá podría tener resultados “positivos”.

Mientras, un detalle: hoy 10 de diciembre es el Día Internacional de los Derechos Humanos. ¡Qué fina idea la de la FIFA el celebrarlo 24 horas más tarde con el nombramiento de Arabia Saudí como anfitriona del evento deportivo más grande del mundo! Y qué ocasión para que Oriol y yo acabemos nuestro hipotético libro con todo el elenco de cerdos en el escenario, revolcándose en el lodo ante la displicente mirada del principe Bin Salman.

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