En la vuelta 6 de la carrera Sprint del GP de San Marino, un rugido humano recorrió el circuito Marco Simoncelli. Marc Márquez se acababa de caer, se le desparramó por el asfalto la posibilidad de hacerse con su 15.ª victoria en sábado. Y el público italiano, mayoría rossista, lo celebró con júbilo.
A Marc se lo comentaron y no se cortó ante el micrófono de Dazn: ”¿Ah sí? Ellos mismos se definen”.
Entre los asistentes a la carrera corta estaba Valentino Rossi, archienemigo de Marc Márquez. El Dottore presenciaba la Sprint viendo las opciones de sus pilotos del equipo VR46. Al darse cuenta de la caída del 93, Vale tuvo una reacción peculiar: primero, como expiloto, hizo un gesto como de querer evitar la caída.
Pero instantes después, al italiano le salió el factor humano, cambió el rostro y se le escapó una sonrisa en los labios, mientras a su alrededor, miembros de su equipo y su séquito habitual, no se cortaban celebrando con aplausos y gritos la caída de Marc Márquez, como captaron las cámaras de TV.