Había nerviosismo esta mañana en el autobús del Movistar antes de la penúltima etapa del Tour de Francia. Iván Romeo, campeón de España, tenía esta jornada marcada en un rojo intenso. Un terreno para rodadores y un pelotón desgastado era una ocasión propicia para intentar dar al ciclismo español la primera victoria de esta edición. Toda esa ilusión se fue al traste tras sufrir una dura caída en la que se golpeó contra el bordillo de la acera a 21 kilómetros de la meta y cuando formaba parte del grupo que lideraba la carrera.
La lluvia y el granizo convirtieron en una pesadilla una jornada en la que muchos equipos intentaron buscar la escapada del día. Pero Romeo mostró una valentía impropia de sus 21 años y en primera persona lideró los ataques para conformar una fuga.
La carrera se volvió loca camino de Pontarlier, a lo largo de cuatro duras cotas de montaña que, aunque cortas, crearon una selección natural entre los escapados. Allí estaba Romeo, que a 24 kilómetros para la meta sentía que podía ser su día y lanzó un ataque. Sus rivales no le dejaron marchar. Sabían de la calidad que atesora el vallisoletano.
No tardó en volver a intentarlo, pero esta vez lo hizo en una curva muy cerrada que no midió bien. Antes de poder llegar a frenar se fue al suelo y la inercia le llevó contra el bordillo. El impacto fue muy duro. Se levantó rápidamente, pero, completamente ensangrentado, quedó claro que sus opciones de triunfo se habían terminado.
Por delante, Kaden Groves aprovechó el desconcierto para lanzar un ataque que no pudieron seguir su compañeros de fuga. El velocista que es mucho más que un sprinter ejerció de rodador excepcional hasta el final y sumó su primera victoria en este Tour.
“Hay que correr riesgos si quieres ganar en el Tour. No veía nada con la lluvia y las gafas mojadas. Le pedía al coche que me avisara de las curvas, pero no sabía que esa sería tan cerrada y me la he comido”, señaló el ciclista del Movistar, que acabó a 22.33 del ganador, el australiano Kaden Groves.
”Me habían dicho que ese pueblo era malo, pero no pensé que tanto. Yo pensaba que era de los más fuertes de la fuga y sabía que ahí tenía que arrancar. Lo hice, pero no conté con esa curva. Intenté frenar, pero casi fue peor”, señaló.
Romeo, que a sus 21 años disputa su primera gran vuelta, lamentó la oportunidad perdida porque se veía con fuerzas para ganar.
“Hoy podía haber conseguido mi primera victoria. Me encontraba bien, todavía me quedaban muchas balas. No ha podido ser, seguro que tendré otras oportunidades (...) Tenía una grandísima oportunidad, me estaba encontrando bien, había hecho una selección en la fuga en el repecho anterior y quería arrancar en el último”, agregó.
La caída de Romeo redunda en la poca fortuna del ciclismo español en esta edición de la ronda francesa, con el abandono también por caída de Carlos Rodríguez. También la desgracia se ha cebado con el Movistar, que hace unos días vio como su líder Enric Mas se bajaba de la bicicleta. Este domingo, en París, no habrá ningún español entre los 20 primeros de la clasificación general, algo que no sucedía desde hace 22 años.

