Guardaespaldas De Jong

El tercer tiempo

Partido complejo para el Barcelona debido a la intensidad con que se manejaron los jugadores del Oviedo. Siempre que sucede este hecho es totalmente comprensible que, aun siendo un gran equipo, no puedas llevar la iniciativa de un encuentro, lo cual no quiere decir que no lo estés controlando.

El comportamiento del Barcelona en cuanto al compromiso fue impecable, y solo una toma de decisión equivocada de Joan Garcia permitió a los ovetenses soñar con la victoria. Pero dentro de ese compromiso sí que se apreció que el juego ofensivo azulgrana debe tener mejoras.

Cada vez que el balón llega a la banda, en un gran equipo debería ser obligatorio el uno contra uno

Hábitat para Pedri. Está claro que los equipos que más rinden son aquellos que, en su despliegue sobre el campo, se obsesionan por generar el hábitat ideal para los mejores jugadores. Siempre hay que tener el de­sarrollo táctico que favorezca las virtudes de tu creador de juego y del punta más desequilibrante. El lunes pudimos leer el artículo de Joan Josep Pallàs sobre un jugador poco valorado como Frenkie de Jong, defendiendo al jugador neerlandés por lo que ofrece. Y eso viene a cuento porque, siendo para mí el mejor jugador del mundo de la temporada pasada, Pedri encuentra mucho mejor su hábitat con el neerlandés en el campo. Y la razón es muy clara. Pedri, que es un jugador que visualiza innumerables jugadas, también es capaz de recorrer muchísimos kilómetros, ganar balones divididos y hacer muchos robos. Y esa responsabilidad que asume en ocasiones, si no está seguro del entorno, le aleja de su hábitat ideal. Con De Jong en el campo se le ve feliz, sabiendo que tiene las espaldas cubiertas, ocupa un espacio más avanzado y, por lo tanto, más cercano a los tres puntas.

Frenkie de Jong en el primer día de revisiones médicas

Frenkie de Jong en el primer día de revisiones médicas

Marc Graupera

Llegada por las bandas. Àlex Delmàs acertadamente en la previa escribía de la importancia de ocupar las bandas para, desde esa posición, llegar al marco del Oviedo. Es cierto que una de las bandas, la de Lamine Yamal, se quedaba huérfana del mejor uno contra uno. Pero a través de un fútbol de posesión es muy factible, tal como comentaba Àlex, el uso de la dualidad extremo-lateral para generar superioridad en la banda y forzar la llegada por esa zona. Pero en este aspecto el juego azulgrana fue muy pobre. La dualidad no existió en ningún momento y los uno contra uno, tampoco. Y renunciar a esa herramienta es hacer demasiado previsible tu juego ofensivo. Precisamente el primer gol que acercó al Barcelona a la victoria fue una jugada que generó Araújo por la banda. Cada vez que el balón en un gran equipo llega a la banda debería ser obligatorio forzar el uno contra uno.

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